Yinyangueando...
La risa y la lágrima, la alegría y la tristeza, el día y la noche, la luz y la oscuridad… Siempre será así este día: agridulce, inestable, emocionante… Como el Yin y el Yang… Amor y dolor en cada poro de la piel.
Siempre iréis conmigo: una de la mano, y la otra agarrada a lo más profundo de mi alma. Donde solamente en silencio, seremos lo que nunca debimos dejar de ser.
Os quiero y os extraño, a una por sí misma y a las dos juntas, siempre siempre voy a extrañar ese capítulo de mi vida al que arrancaron las páginas de cuajo.
Y esas páginas, nunca se reescribieron, y siempre habrá un enorme vacío…
Felicidades Aitana, te amo! Gracias por salvarnos del infierno.
Y a ti, te esperaré eternamente, porque aún hoy no me creo que no estés aquí...
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