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EL_universo_DE_alexia

Viajando...

Viajando...

"La Decisión de Anne" es una de esas películas que no deja indiferente a nadie, que conmueve, que llega a lo más profundo del alma. Por lo menos eso provocará en aquellos que gocen de un mínimo de sensibilidad.

Reconozco que no era mi mejor día, me sentía improductivo y estaba en uno de esos instantes en los que nada te apetece y nada te parece bien. La decisión de Anne era un título que estaba lejos de engancharme, y las pocas nociones que tenía de su argumento me hacían rechazarla más que desearla, quizás por precedentes personales.

Pero sin querer darle demasiadas vueltas allí me planté, palomitas en mano, dispuesto a llevarme una decepción que anuncié antes de entrar, eso sí, a regañadientes.

Pero nada más comenzar el film sentí una enorme punzada que atravesó mi alma, y que no me abandonó hasta el último fotograma. Supongo que en la vida hay momentos que olvidamos, o cuando menos, superamos. Pero sin esperarlo, y obviamente, sin desearlo, de repente algo apretó el botón de los recuerdos, haciéndome viajar a tiempos difíciles, encogiéndome el corazón y tocando lo más profundo de mi espíritu.

Y allí estaba, transportándome a otros tiempos, recordando momentos, sensacions y olores de una época que fue uno de los instantes más críticos de mi vida. Y de repente me planteé cosas que jamás había pensado.

Y pensé en ella, en mi hermana, en los momentos que le quité. Aquellos instantes en los que ella debió ser la única protagonista, y que yo le robé sin desearlo. Pensé en ella y entendí que estaré eternamente en deuda con ella, siempre le deberé que a pesar de todo, siempre quería asomar su cabeza por esa habitación para regalarme una sonrisa, para entretenerme.

También pensé en mi padre, en su compañía, en lo desastre que era. Pensé en las distancias que siempre trató de acortar para poder estar a mí lado, pensé en sus historias, en lo amenas que me hacía las tardes entre latas de conserva. Pensé en la paciencia que tuvo para con todos mis caprichos y en lo poco que yo deseaba las despedidas para volver a trabajar. A él también le deberé siempre esos momentos.

Pero sin duda pensé en ella, en mi madre, en los momentos que perdió a mi lado. Pensé en su mirada, en su fuerza, en su espíritu. Pensé en todos aquellos momentos en los que yo supe que ella deseaba cambiarse por mí. Recordé que jamás me soltó la mano, y me dí cuenta que jamás se lo he devuelto.

Hoy sé que mi hermana seguiría buscando el mejor momento para ofrecerme su sonrisa, sé que mi padre rompería distancias para acompañarme, y también sé que mi madre, se cambiaría por mi una y otra vez.

Ha pasado mucho tiempo, sin embargo, el otro día volví a esos momentos. Por eso aprovecho para daros las gracias a los tres, y deciros que os quiero. Supongo que hay gente que jamás aprenderá del todo a mostrar sus sentimientos. Intuyo que yo soy uno de ellos. Solamente espero que en una de nuestras tantas miradas compartidas, hayáis podido ver que yo me cambiaría por vosotros tantas veces como fuese necesario.

Mención especial merece el papelón de Cameron Diaz, a la que creía muy lejos de interpretaciones de ese calibre, pero que me sorprendió gratamente. Esas lágrimas merecieron la pena.

La decisión de Anne es una pelicula que hay que ver, aunque solamente sea por la visión que nos da de la vida. Siempre habrá alguien que sufrirá más que nosotros. Valoremos cada instante como lo que es: una vida entera.

3 comentarios

Carlos -

La verdad que ellos siempre demostraron estar por encima de la situación, o cuando menos, es la imagen y la sensación que se propusieron transmitirnos a nosotros.

Yo igual que tú fui un niño ingenuo, que no se planteaba que aquello podía salir mal, y cuando me lo planteaba, no alcanzaba a creerlo.

Una experiencia que nos unió y nos hizo crecer a todos.

Un beso Evi!

PD - Gracias por tus palabras Febe!

Eva -

Tan pronto como leí tu post el viernes respondí, empelida por la emoción. Pero las tragedias de la tecnología... ¡se me borró el comentario entero! Y algo que se escribe desde el alma cuesta que se pueda replicar en otro momento. Pero lo intentaré.

En primer lugar, decirte que en cuanto vi tu actualización del blog y el título de la nueva entrada, creí que se trataba de una opinión más sobre una película, y leí rápidamente las primeras líneas pensando que, estando en el trabajo, mejor la leería más tarde en casa. Pero al descubrir sobre qué estabas hablando, enseguida se me formó un nudo en la garganta que me acompañó hasta que terminé de leer.

Eres noble de corazón, por eso nos agradeces el apoyo en aquellos momentos. Pero somos nosotros los que veladamente te agradeceremos toda la vida el que lucharas, el que continuaras allí demostrándonos que existe el dolor, pero también la esperanza. Te agradecemos que nos enseñaras un nuevo significado de la vida, y que nos permitieras poder seguir queriéndote y disfrutando de ti. Te agradecemos que tengas la sensibilidad y la honestidad para rememorar aquellos momentos desde el punto de vista de un adulto y poder expresar, recordando tus ojos de niño, qué viviste y cómo lo viviste.

Por la parte que me toca, jamás creí que hubiera otra alternativa que salir adelante. Mi mente inmadura no calibraba ninguna otra posibilidad. Ahora me toca a mí aprovechar para agradecer a nuestros padres su entereza y saber estar, el optimismo del que siempre me imbuyeron ante el problema que se cernía entorno a nosotros. Demostraron una fortaleza y una generosidad que nunca olvidaré.

No sólo las experiencias que nos acaecen, sino el modo de afrontarlas de modo individual y colectivo, nos hacen ser lo que somos y aprender a reaccionar ante las adversidades de la vida.

Te quiero.

Febe Mariscal -

Estupendo acordarse de la familia que tenemos al lado, es lo único que no nos falla, siempre estarán ahí.