"Celebrando"...
De idas y venidas, de bienvenidas y despedidas, de cercanías y de distancias innecesarias… De eso está hecho mi día a día. Voy a ti en cada instante, pero nunca puedo verte y eso rasga el alma, dejando heridas imposibles de cicatrizar que me acompañan en cada paso.
Hoy cumplirías dos años, dos tiernos años de risas, lloros, descubrimientos, amor… Sin embargo hoy hace dos años que te fuiste, para siempre. Pero te sigues yendo a diario, porque ni toda una vida servirá para poder asumir que no estás.
Busco tu olor en la piel de tu hermana, busco tus besos en los besos de Aitana, y con cada abrazo que le doy y cada palabra bonita que le regalo, guardo una parte para ti. No quiero robarle nada a ella, la amo más que a mí mismo y cada beso es para ella (y para Leo). Pero dentro de cada momento me reservo el derecho a compartirlo contigo, desde el silencio.
La muerte siempre es dura de aceptar, pero si tras ella no hay un gran bagaje de vida, se torna mucho más complicado, por lo cruel. Es un infierno quedarme atrapado en mi mente y pensar en todo lo que te estás perdiendo, en todo lo que no has tenido oportunidad de vivir. Ver a Leo descubrirse sus manos, comenzar a sonreír, a Aitana definiendo su personalidad o aprender a correr… Son demasiadas cosas que cargar en éstas ya lastimadas rodillas.
Por eso mi precioso ángel quiero decirte una vez más que eres parte de nosotros, que eres nuestra familia, nuestra vida, un trozo de nuestra alma y que hubiese dado todo porque tú estuvieses aquí, y que no me importaría no disfrutarte si fuese yo el que lo viese desde el otro lado, y tú pudieses disfrutar de todo lo bueno que este mundo puede ofrecerte.
Un día de sol, una sonrisa, una caricia, un viaje, la playa, una comida exquisita, un olor que te transporta, una película, una canción, la satisfacción del deporte… Cada vez que vivo algo así, sé que lo vives a través de mis ojos (y los de tu madre).
Así que hoy volveremos a acercarnos a ti, en las alturas, para sentirte un poco más cerca, y que nunca puedas llegar a tener duda de que sigues presente, en cada momento. Te llevaremos globos de colores (porque quiero recordarte con colores), y un trozo de tarta metafórico (dulce para ti y amargo para nosotros), para celebrar que Alexia cumple un año más como parte de nuestra vida (aunque no estés).
Felicidades mi ángel, te mandamos un beso enorme que llegue hasta el cielo.
Te queremos.
Tus papis y hermanos.
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Rebeca -