Día 2: Fisherman's wharf + presidio
A las nueve de la noche nos habíamos ido a dormir, y el temido jet lag pronto hizo acto de presencia: a las 4 de la mañana estaba yo dando vueltas por el hotel. Tras coger las maletas en recepción, hablar con la família y estudiarne todos los panfletos de actividades, decidimos ducharnos y bajar a desayunar. Como excepción desayunamos en el hotel, el desayuno estaba bien, aunque algo caro. Como curiosidad destacar que me tiraron un plato lleno de comida porque era lo último que quedaba, y me pidieron que me lo volviese a servir ahora que estaba todo recién hecho. Algo que en España jamás sucedería.
Tras preguntar en recepción cómo llegar, nos dirijimos a fisherman's wharf, el punto más atractivo de San Francisco junto al golden gate, y donde encontramos el mítico pier 39, lugar en el que se funden arte y diferentes culturas.
Contratamos varias excursiones y dimos una vuelta por la zona. Miles de restaurantes, músicos y un encanto peculiar definian el ambiente. Mención especial al mercado de fruta, donde ésta parecía dibujada y con un color intenso. Te vendían también chocolate para dippear.
Unos metros más adelante la imagen no tenía precio, la bahía de San Francisco dominada al fondo por la presencia de la impertérrita Alcatraz, lugar al que iremos mañana a pesar de nuestra mala previsión, hay que comprar las entradas con mucha antelación.
Los leones marinos en el muelle es algo curiosísimo, por lo visto se despistaron durante el tremendo terremoto del 89, y se quedaron ahí hasta el día de hoy. Resulta ser una fotografía tradicional y espectacular de San Francisco.
Dando un padeo por los diferentes muelles ves todo tipo de artistas: figurantes, músicos, pintores, clowns... E incluso un hombre que se escondía tras 2 ramas de follaje y asustaba a los que pasaban, esperando que lis que se divertían le obsequiasen con unas monedas.
Encontramos varias tiendas de caramelos blandos de infinitos sabores, de gorras, las típicas de estampación de camisetas.... Las tiendas de joyas te ofrecen ostras como gancho... Pero la palma se la lleva Boudin, una boutique del pan. Una entrañable tienda donde ves como crean el pan, dándole forma de lagarto, tiburón... Allí mismo lo compras o te lo sirven vaciado y relleno de queso, salsa boloñesa... Es una panaderia inusual hecha imperio.
Antes de comer hicimos uno de los típicos recorridos turísticos con bus sin techo. El guía era un showman, y llegamos a pillarle alguna ironía, lo cual era todo un mérito. Aunque es difícil entender 100% lo que dicen, hasta la fecha estamos más que satisfechos en ese sentido. Dimos un tour por financial district, little italy y union square. Vimos de lejos la mítica "lombard street", con sus curvas y pendientes, posteriormente haremos una visita mejor, lo mismo con chinatown y little italy. Tras este tour nos bajamos muevamente en el Pier 39 para comer. Fuimos a Luigi's, un restaurante americzno de comida rápida italiana. El servicio rápido y atento, el agua la regalaban pero si tienes áltas expectatuvas culinarias, es poco recomendable. Va bien para salir del paso.
Después descubrimos en una sala de recreativos los "tokens". Una moneda creada exclusivamente para salones recreativos, definitivamente "esto es américa".
Después de comer fuimis a dar un paseo a Presidio, una especie de parque protegido con playa a pies del golden gate. Este sitio es hasta el momento lo más impresionante de San Francisco. Aquí descubrimos dos cosas que abundan en la ciudad: deporte y perros. El guía ya nos advirtió que en SF había más perros que niños, y ahí lo confirmamos. Para un amante del deporte y los animales como yo, aquello era un paraíso. Fente andando, corriendo, en bici, en cayac... Perros jugando y corriendo... Delante la playa, a la izquierda el impresionante "golden gate" (el cual cruzaremos el jueves con el go car), a la derecha alcatraz, y detrás árboles y descampados. La caminata es larga, pero merece la pena. Casi al final hay un museo de la aviación y unas naves industriales muy curiosas. En ellas se llevan a cabo actividades deportivas: camas elásticas, gimnasios, escalada...
Volver al hotel fue una odisea. No conseguimos encontrar el final del camino y tuvimos que desandar lo andado. Lo peor de SF es su sistema de transportes, hay pero es poco claro. Hay tramvía (cable car), buses, buses eléctricos... Y no se sabe de dónde vienen ni a dónde van... Y en una ciudad tan enorme y "destartalada" como SF eso es un problena. Aquí todo está concentrado por zonas, y depende donde pares, no encuentras ni un super ni un triste bar. Tras bajarnos dos veces del bus para comprar la cena y el desayuno (a la que veíamos un bar casi nos tirábamos en marcha), llegamos al hotel.
Mencionar el intento de agresión que tuvimos por parte de un indigente, desagradable pero que no llegó a nada, porque el pobre hombre bastante tenía con mantenerse en pie.
Os recomiendo si váis comprar el mini passport, da acceso a casi todo el transporte público. Nosotros lo cogimos para 3 dias. Y agarraos los machos en el bus, los chófer tienen muy mala leche. Hay que enseñar rápidamente el ticket y entrar, no esperéis un saludo, os meteràn generalmente a presión de la cantidad de gente que hay, y alguno dejará el brazo colgado en la barra con la conducción brusca, pero es lo que hay.
Hoy toca alcatraz, y quizás barrio chino o unión square. A la aventura...
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Eva -