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Día 4: Go Car + Sausalito

El ultimo día en SF ha tenido dos partes absolutamente diferentes, una mañana muy divertida y una tarde para olvidar (prácticamente).

Como cada día a las 6:00 despierto, y tras escribir mi blog diario y desayunar otro kit kat (como echo de menos España), nos fuimos nuevamente a fisherman's wharf a vivir una aventura diferente per muy recomendable: visitar SF con un Go Car.

Un Go Car es un pequeño coche amarillo con una audio guia incorporada a modo de GPS a través del cual puedes visitar una ciudad tan grande como SF. La experiencia a priori pintaba, y las expectativas se han cumplido.

Te hacen firmar un contrato, enseñas tu carné de conducir, pagas un seguro de 12$, te dan una charla de seguridad y... A comerte las calles de SF. Las calles de esra ciudad son increibles, eternas y con infinitos desniveles. Andando o con bicicleta son inabordables, y yo creo que con el Go Car mantienes la esencia, y tú decides donde y cuanto rato quieres parar.

Nuestronprimer destino fue durigirnos hacia presidio, y tras atravesar esa mítica y fascinante reserva natural, nos dirigimos hacia el Golden Gate Bridge, absolutamente impertérrito frente a la bahía. Es una obra descomunal. Con el acero utilizado para su creación se podría dar la vuelta a la Tierra 3,5 veces.

Tras sacar nuestras instantáneas y apreciar la belleza del lugar, abandonamos el puente y nos dirigimos hacia el Golden Gate Park, que a pesar de su nombre está muy distanciado del puente. Durante el trayecto atraviesas colinas con increibles vistas, barrios de lujo, famosas playas como baker beach y un sinfin de calles que hacen las delicias de aquel al que le guste explorar una urbe.

Finalmente llegamos al Golden Gate Park, el parque más extenso del mundo. Creado por un arquitecto escocés que fue el mismo que diseño el mítico Central Park de Nueva York. Cuando te adentras en él, te percatas de que debe dejar de ser categorizado parque para pasar a ser bosque. Es bastísimo. Lagos, cientos de jardines, cascadas, una reserva de bisontes, mas de 6000 plantas diferentes, y muchisima gente haciendo deporte y barbacoas. Todo un lujo para los sentidos y 100% recomendable.

Después del parque nos metimos en las céntricas calles de SF en dirección a la mítica Lombard Street. Era divertidísimo vernos con nuestro mini coche en esa jungla de asfalto. Algunos nos pitaban, otros se reían e incluso alguno nos hacía fotos.

Ascender por las empinadas calles no fue fácil, incluso el gps te advertía de que el coche no era capaz de ascender por ahí, que había que empujar. Yo iba de piloto, así que mi copi se tuvo que bajar a empujar. Por lo visto, al bajarse ella y darle al gas el coche subió fácil. Yo iba gritando "empucharé" en plan broma, y a Rebeca le entró un ataque de risa que casi no puede subir la cuesta.

Una vez arriba descendimos por Lombard Street, calle pintoresca donde las haya. Fuimos foco de cámaradas y miradas, por nuestro flamante vehículo. Después de eso fuimos a devolverlo y a comer.

La comida la vamos a obviar, solamente comentaré que ni cenamos de lo pesado de la digestión.

La tarde fue olvidable. Pasamos un frio terrible, lo llevamos pasando varios dias pero ayer fue peor si cabe (si algun día venis a SF recordad que hace mucho frío, yo jamás lo imaginé).

Decidimos visitar Sausalito a través del bus turístico. Fue un poco raro, a Sausalito (el pueblo más caro de USA) hay queir con tiempo. Nosotros apenas tuvimos 30 minutos de visita, porque elbus se iba y sino teníamos que volver en barco. Lo poco que pudimos ver fue precioso, es parecido a Lido o Puerto Banús. Un pueblecito pesquero lleno de artistas, tiendas "cucas", restaurantes, puerto, casas flotantes y muchos ricos.

Entre la ida y la vuelta se nos fue la tarde, una tarde poco productiva la verdad. Casi morimos esperando el bus 30 minutos con el frío que hacía.

Antes de marchar de SF comentar la doble moral americana, uno de los ejemplos más claros está en el propio autobús. Hay una ley federal que reza en todo el transporte público que obliga a ceder el asiento a gente mayor o discapacitada. Y luego los chóferes se permiten el lujode despreciar a la gente.

Un mundo de locos este americano.

Por cierto, que la gente sigue guiándonos sin preguntar, independientemente de su clase social. De hecho muchos de ellos son gente humilde. Me impresiona.

Esto es todo de SF, en breve partimos hacía el lago tahoe, esperemos que no nos abandobe la wifi y poder seguir narrando esta aventura.

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