Blogia
EL_universo_DE_alexia

Estados de ánimo

Yinyangueando...

La risa y la lágrima, la alegría y la tristeza, el día y la noche, la luz y la oscuridad… Siempre será así este día: agridulce, inestable, emocionante… Como el Yin y el Yang… Amor y dolor en cada poro de la piel.

Siempre iréis conmigo: una de la mano, y la otra agarrada a lo más profundo de mi alma. Donde solamente en silencio, seremos lo que nunca debimos dejar de ser.

Os quiero y os extraño, a una por sí misma y a las dos juntas, siempre siempre voy a extrañar ese capítulo de mi vida al que arrancaron las páginas de cuajo. 

Y esas páginas, nunca se reescribieron, y siempre habrá un enorme vacío…

Felicidades Aitana, te amo! Gracias por salvarnos del infierno.

Y a ti, te esperaré eternamente, porque aún hoy no me creo que no estés aquí...

Oscureciendo...

Y de repente, cuando el corazón ya latía despacito, llega el momento más oscuro que nos haya tocado vivir jamás.

El murmullo de las olas resuena demasiado alejado, el vaivén de una fiesta, el mirar a los ojos del sol, o que una brisa de aire te haga desandar el camino. Tendremos tiempo para reflexionar y conocernos dicen, una bella disonancia cognitiva para definir esta (no tan breve) locura.

Esta muerte lenta me va a aportar muchas cosas, sin duda. Te encoge el corazón y te lanza al vacío de todo aquello que tuviste, y no supiste valorar. No solamente gente, sino momentos, instantes, sensaciones, oportunidades. Sin ir más lejos, la oportunidad de decidir tus propias prioridades, algo que en estos momentos, se anida alejado del sentido común.

Dicen que la distancia es el olvido, pero: ¿cómo olvidar que mi alma os pertenece? Veros cada día tras un plasma, me encoge el corazón. Siento haberos fallado, siento que esto haya llegado en el peor momento, siento no teneros y siento que no me tengáis, siento miedo de dejar de ser importante para vosotros, de que no me necesitéis, de que os podáis llegar a acostumbrar a mi (ya tan larga) ausencia.

No sabemos cuánto va a durar esta situación, aunque seguramente sea más de lo que sanamente podría soportar. Solamente quiero que entendáis, que me desgarra en dos el no teneros, el no tocaros, el no poder fundirme con vosotros en un abrazo…

Una “pelea” de superhéroes con Leo, el cruzar una tierna mirada con mi dulce Noah, o ver a mi pequeña princesa sentar cátedra, como solamente tú sabes hacerlo… Volverán, volverán esos momentos, pero seguramente ya ninguno seamos la misma persona.

Yo aspiro a ser mejor, a ser y estar, a acompañaros, a intentar recuperar el tiempo perdido.

¿Quién me ha robado el mes de abr… marzo?

Y volviendo a esta bella disonancia, cabe decir que: al menos seguimos vivos…

Orígenes...

Volver aquí, a vagar entre estas líneas, sorprenderme retornando nuevamente a mundos perdidos, abandonados... A momentos y lugares que fueron tan míos que llegaron a ser yo, pero que ahora ya no me pertenecen.

Me he desdibujado, he perdido el son de mis pasos y realmente ahora no sé quién soy, no sé a dónde voy... Apenas me giro cuando otros labios murmullan mi nombre.

Y vuelvo a emprezar, empezar a REencontrarme, empezar a rehacerme y a sentirme fuerte (si es que alguna vez lo he sido).

Vuelvo a mis origenes, donde todo empezó, donde los problemas eran menos problemas, y donde siempre tenía un espacio para murmurar entre cuatro palabras, que aquello no era tan grave como parecía.

Pero sí lo es, las cicatrices son la mejor muestra del dolor vivido, y la sal no ayuda.

¿Y el tiempo qué tiene que decir ante todo esto?

La Senda del Tiempo de Celtas Cortos es un tema que siempre me ha desgarrado la piel, y siempre es un buen lugar al que retornar...

REcordando...

Ente la vorágine del día a día uno no encuentra tiempo para pasar por aquí. Y es triste, porque al final y al cabo lo que yo soy está aquí dentro, en estas letras, en mi familia, en mis amigos… Y algo menos en el trabajo.

Ver este video me ha devuelto al pasado, tan precioso, tan fiel a cada momento que vivimos. Y aunque uno nunca olvida cree (o juega a creer) que se supera. Pero no, revivir cada instante te resquebraja por dentro y por fuera, y te devuelve de un plumazo a la realidad. Con los pies de nuevo en el suelo te das cuenta de que no, la herida nunca se va a cerrar. Y una vez más te alegras de que así sea, porque lo contrario sería arrebatar a tu precioso ángel su sitio y su lugar en tu vida.

Duele el alma y llora el corazón al ver cada escena, al ver ese peluche sin dueño (con amor roto), duele el ver cómo crecen las ilusiones, que luego son arrasadas de cuajo. Duele ver el momento de llegar a casa, la habitación vacía en una parte, duelen los recuerdos, pero sobretodo y ante todo me dueles tú. No tenerte es de lo peor que me va a pasar en la vida, y siempre sangraré por ello(las lágrimas no son solo por dentro).

Aitana tiñó ese amargo momento con algo de dulce, con su belleza y su tierna mirada. Leo vino con su nobleza a hacer que doliese menos, y por supuesto que lo consiguieron. Pero a pesar de este eterno e infinito amor, siempre vamos a estar incompletos por dentro.

A ti mi querida Alexia, a ti siempre siempre vamos a echarte de menos.

Te queremos.

Cumpliendo...

Además de una estrella en el cielo, tenemos dos soles en la tierra por los que celebrar cosas.

Mi princesa Aitana, a la que regalé mi vida desde el primer momento en que miré sus ojos. Sigo enamorado de ti, como el primer día. Me robaste el corazón con tu sola presencia, y cuanto más te descubro más me entrego a ti. Sé que no te he dedicado muchas líneas, porque contigo puedo vivir los momentos, y prefiero vivir cada instante a tu lado a "perderme" momentos por ahogarme entre unas líneas. Eres pícara, lista, dulce y preciosa... Eres lo que siempre hubiese imaginado tener. Espero seguir disfrutando de ti muchos cumpleaños más. "Axí fa: pipeanos felí! ;-)

Y a mi Leo, el que ni siquiera ha tenido ninguna mención en el blog. Ayer cumplió 3 meses y ha sido un regalo caído del cielo. Más parecido a mí que Aitana (el punto medio era Alexia), es un dulce del que uno no puede dejar de enamorarse. Rubio, guapo, tierno y simpático. Nos quedan muchas correrías juntos. Espero que con los años puedas sentirte orgulloso de nosotros. Te queremos pequeñín.

Felicidades a los dos y gracias por existir.

 

"Celebrando"...

De idas y venidas, de bienvenidas y despedidas, de cercanías y de distancias innecesarias… De eso está hecho mi día a día. Voy a ti en cada instante, pero nunca puedo verte y eso rasga el alma, dejando heridas imposibles de cicatrizar que me acompañan en cada paso.

Hoy cumplirías dos años, dos tiernos años de risas, lloros, descubrimientos, amor… Sin embargo hoy hace dos años que te fuiste, para siempre. Pero te sigues yendo a diario, porque ni toda una vida servirá para poder asumir que no estás.

Busco tu olor en la piel de tu hermana, busco tus besos en los besos de Aitana, y con cada abrazo que le doy y cada palabra bonita que le regalo, guardo una parte para ti. No quiero robarle nada a ella, la amo más que a mí mismo y cada beso es para ella (y para Leo). Pero dentro de cada momento me reservo el derecho a compartirlo contigo, desde el silencio.

La muerte siempre es dura de aceptar, pero si tras ella no hay un gran bagaje de vida, se torna mucho más complicado, por lo cruel. Es un infierno quedarme atrapado en mi mente y pensar en todo lo que te estás perdiendo, en todo lo que no has tenido oportunidad de vivir. Ver a Leo descubrirse sus manos, comenzar a sonreír, a Aitana definiendo su personalidad o aprender a correr… Son demasiadas cosas que cargar en éstas ya lastimadas rodillas.

Por eso mi precioso ángel quiero decirte una vez más que eres parte de nosotros, que eres nuestra familia, nuestra vida, un trozo de nuestra alma y que hubiese dado todo porque tú estuvieses aquí, y que no me importaría no disfrutarte si fuese yo el que lo viese desde el otro lado, y tú pudieses disfrutar de todo lo bueno que este mundo puede ofrecerte.

Un día de sol, una sonrisa, una caricia, un viaje, la playa, una comida exquisita, un olor que te transporta, una película, una canción, la satisfacción del deporte… Cada vez que vivo algo así, sé que lo vives a través de mis ojos (y los de tu madre).

Así que hoy volveremos a acercarnos a ti, en las alturas, para sentirte un poco más cerca, y que nunca puedas llegar a tener duda de que sigues presente, en cada momento. Te llevaremos globos de colores (porque quiero recordarte con colores), y un trozo de tarta metafórico (dulce para ti y amargo para nosotros), para celebrar que Alexia cumple un año más como parte de nuestra vida (aunque no estés).

Felicidades mi ángel, te mandamos un beso enorme que llegue hasta el cielo.

Te queremos.

Tus papis y hermanos.

 

Año y medio después...

Te echo de menos…

Hoy deberías cumplir 1 año y medio, y sin embargo hace 1 año y medio que te tuvimos que despedir. Y sí, sigo echándote de menos a cada segundo.

Con Aitana regalandonos cada día momentos únicos e irrepetibles, con una vida profesional cada vez más reconocida, con un entorno de gente que me quiere y se preocupan por mí, con un maravilloso niño que están en camino…

Con todo eso aún encuentro que sigo echándote de menos, sigue doliendo mucho, muy adentro. Sé que el puzzle de mi vida se rompió, y que habrá fichas que siempre faltarán… Tú siempre faltarás Alexia, y nada ni nadie llenará ese hueco.

¿Por qué no estás aquí? ¿Por qué tengo que darte las buenas noches consumida en cenizas?

Faltan tus sonrisas, tu energía, tu inocencia que nunca llegó a empezar. Falta tu alma, la que se llevó gran parte de la nuestra, arrancada para siempre.

Me faltas una y mil veces, pero te llevo conmigo.

A seguir...

Felicitándote...

Felicitándote...

Agridulce. Así alcancé a definirlo hace justo un año cuando la vida me cambió. Pero después de 365 días esa palabra sigue quedándose tan corta…

Lo dulce eres tú Aitana, la mitad de mi corazón. Ese pequeño ser que hace que cada día tenga sentido. ¿Sabes? No me canso de mirarte, ni de que me toques, no me canso de verte intentar hablar ni de ver cómo tu personalidad se va forjando. Eres el sol que deshace todo mi hielo, con cada mirada dulce e ingenua y con esa sonrisa desdentada y natural. Por ti, por todo lo que nos das, por tu luz y por tu fuerza seguiremos remando, peleando cada día al borde del abismo, por no caer hacia atrás en el agujero, nos arrodillaremos una y otra vez, pero caeremos hacia delante y nos levantaremos. Porque tú no mereces menos y porque de eso trata esto de la vida (supongo). Por todo ello hoy te digo FELICIDADES mi amor, con el corazón quebrado en mil trozos pero la cabeza muy alta. No tengas en cuenta las lágrimas, en algún punto son de felicidad, aunque ahora cueste verlo. Sin duda eres el regalo más grande que me ha dado nunca la vida. Aunque como en los chistes malos nos dijesen aquello de: “¿qué quieres primero: la noticia buena o la mala?”

Tú y tu ingenua mirada aún no lo sabéis, pero nunca debiste venir sola. La noticia que acompañó a tu nacimiento fue de esas que te cierran los conductos respiratorios, que te giran el corazón y te levantan los pies del suelo. Probablemente aprendamos a caminar en el aire pero nunca más volveremos a pisar con firmeza. Y es que realmente nuestra vida nunca debió ser así. Nos faltas Alexia, nos vas a faltar siempre y es muy duro llenar ese hueco. Aitana nos regala cada día la sensación del amor infinito, nos da la opción de saber cómo serías… Pero a la vez nos desgarra saber que todo eso jamás lo sentiremos contigo, y el vacío es profundo y desalentador. ¿Lo entiendes mi ángel? ¿Entiendes que te echaremos de menos a cada paso y en todos y cada uno de los momentos que nos quedan por vivir?

No soy creyente, los que me conocen bien lo saben, pero me aferro a la idea de que algún día (no sé dónde ni cómo), pero algún día volveremos a vernos, y tú estarás esperándonos para recuperar todo lo que la vida nos arrebató de cuajo, sin preguntarnos, sin darnos la oportunidad mirarnos a los ojos aunque fuese una sola vez.

Todos te acompañamos ayer en tu día, estuvimos rozando el cielo, sintiéndote más cerca. Globos de colores al ocaso, dedicatorias desgarradoras, fotos que nunca estarán completas sin ti, pero amor, ayer dedicamos tiempo en mostrarte todo el amor que sentimos hacia ti mi ángel.

Y la luna llena….; la luna llena sé que es cosa tuya.

Love U.

Viviendo sin ti...

El calor y el color de Cádiz son únicos, el verde del monte acariciando prácticamente el azul del mar. Su gente, sus sabores, su arte y la brisa marina son un marco único. En Cádiz todo es celestial. Pero la luz, una vez más, la luz la has puesto tú mi ángel.

Sigue costando andar, los problemas de la gente me siguen pareciendo irrisorios. El peso de no tenerte es una losa muy grande para los píes y para la mente.

Es una alegría inmensa ver a tu linda hermana balbucear, buscarme para trepar, dar sus primeros pasos, sus primeras risas (forzadas y sin forzar), experimentar con texturas y sabores, gritar por sentirse tan viva. En definitiva, regalarnos el momento de aprender a vivir.

Pero obviamente esa sensación nos golpea una y otra vez, llevándonos a ti y a lo que tú no has tenido oportunidad de sentir (ni nosotros contigo). Amamos tu recuerdo pero nos mata (una y otra vez) la pena de no vivirlo más allá de  nuestras mentes.

Espero que estés donde estés puedas vernos, y tú también sonrías con las "locuras" de tu preciosa hermana.

Y sobretodo, nunca olvides que vayamos donde vayamos, tú vives en nosotros.

Missing you...

All for one...

Una canción dedicada a mi preciosa hija Aitana, a la que desafortunadamente nunca le he dedicado una canción.

Gracias por existir mi niña.

Te quiero.

(DES)informados...

Y cae un día más (otro), y con este ya van más de 8 meses.

Esperábamos cerrar un capítulo que hoy sabemos que nos acompañará siempre, que nos golpeará a cada paso andado. Salimos de ese terrible lugar en el que te perdimos. Una vez más sin ti (y sin respuestas).

Nadie sabe por qué no estás, sólo sabemos que no estás. Y duele, sigue desgarrando y haciendo que cada paso sea una losa y, por qué no, un reto.

Tu madre siempre se sentirá culpable. No la juzgues por ello, es inevitable. Pero lo está haciendo bien. Es un camino que debe recorrer ella sola… Aunque por fuera muchos la acompañaremos.

Yo también arrastro conmigo la condena de no haber estado ahí, para algo, para nada, quién sabe. Y más aún arrastro la pena de no haberte sentido por última vez cuando pude hacerlo. Eso te lo deberé siempre, pero sobretodo, me lo deberé a mí.

Intento aprender de ello, trato de que te sientas orgullosa de lo que soy. Sigo remando, no sé si tengo claro el horizonte pero no tengo elección, debo seguir remando. Te seguiré llevando conmigo en este viaje, eres el sabor de la sal que se te queda en los labios cuando andas a la deriva. Sabe bien pero escuece. Pero no quiero dejar de sentirlo, porque sabe a ti.

Seguiré llorándote, hoy y siempre. No te sientas mal por ello. Eres parte de mí y seguiré llorándote. Intentaré que siga siendo nuestro momento: que nadie nos vea, que nadie nos juzgue… Solos tú y yo. Tan lejos, tan cerca…

Hoy (más que nunca) no sé por qué no llegaste, pero empiezo a entender que de alguna manera, nunca te fuiste (ni te irás).

Aunque no te pueda ver…

PS: Te regalo esta canción por varios motivos. Porque es una de mis favoritas. Porque es triste en su mensaje pero alegre en el sonido (que al final es lo que queda). Y porque triunfó cuando yo era un niño, y la muerte no tenía lugar en mi vida. Te quiero.

Año "nuevo"...

Y se acabó el año. Y aquí nos encontramos, en 2015, sin ti…

Las navidades (están) pasando de largo, no hay lugar para celebraciones. Tenemos a tu hermana sí, y la disfrutamos, pero irremediablemente nos faltas tú. Nos falta tu aliento a cada paso y cuesta salir del pozo.

Este año no ha habido más cotillón que la mezcla de frustración y pena. Hemos cambiado el “matasuegras” por la lágrima de llorarte y las 12 uvas por 1000 pensamientos y preguntas sin responder.

Un año nuevo sí, pero tan negro como el anterior. Seguiremos siendo fuertes tratando de dejar atrás el dolor e ir transformándolo en amor puro e imposible.

No hay navidad mi linda hija sin ti, mientras Aitana no lo reclame no habrá navidad ni sol en nuestras vidas.

De momento toca seguir, sin fuerzas pero tratando de seguir andando el camino. Olvidando el destino y los motivos por los que movemos los píes, y recurriendo a ti una y otra vez con el corazón roto. Pero toca seguir. Sé que hemos dejado de brillar, pero aquí seguimos de momento. Heridos de muerte pero en píe, y lo hacemos por Aitana pero también por ti. Toca seguir.

Te amo incondicionalmente.

 

Naranjeando...

Naranjeando...

Cuando la vorágine no te da tiempo ni de decir adiós a un viejo amigo, es que no estás llevando el timón de tu vida.

Hoy me detengo por ti, aunque sólo sea unos instantes. Porque me has hecho reir mil veces y porque te he llorado con mucha pena.

Gracias compañero por estar ahí en tantos recuerdos, gracias por tu calor, por tu mirada, por tu cariño... Gracias por haber sido naranja y especial siempre, nuestro dulce gato asustadizo.

Vivirás siempre con nosotros. Hoy mi niña tiene un nuevo compañero fiel.

Desoliéndote...

Mi niña preciosa,

¿Cuánto tiempo ha pasado ya? Tu linda hermana me recuerda que son ya más de seis largos y dolorosos meses.

Seis meses en los que el mundo no ha parado. En este tiempo he hecho miles de cosas: he tenido días buenos y malos, he tenido éxito y ejes de mejora, he entrenado y he perdido la forma, he visitado decenas de hoteles y he escuchado los problemas de la gente allá por donde he pasado. Unos por llegar justos a final de mes, otros por no estar a la altura de los momentos, cada loco con su tema… Y mientras escuchaba, siempre y en cada momento tu recuerdo ha ido conmigo.

¿Sabes cuál es mi problema y que nunca he contado a la gente? Mi mayor problema es que no sé cómo hueles, así de sencillo y así de duro. Huelo a tu hermana, y ese olor a bebé, ese olor a vida jamás tuve el privilegio de llegar a sentirlo en ti. No te vi sonreír como lo hace de forma maravillosa Aitana. No te vi nunca alegrarte por mi llegada ni recibirme moviendo tus diminutos píes de forma nerviosa. Me imagino tu personalidad pero la desconozco, y eso me mata.

Es muy probable que quizás la gente no entienda lo profundo de lo que trato de transmitirte, y por eso no lo cuento. Me he cansado de frases misericordiosas que tratan de quitar relevancia al momento, y en consecuencia y sin quererlo, a ti.

Hoy he entendido que no eres un ángel que vino a salvar a su hermana. Lo he sabido siempre, pero hoy soy capaz de decirlo. Tú eres m hija y lo serás siempre. Eres una parte de mi vida que se fue demasiado pronto y que nunca volverá a florecer. Fuiste muerte cuando debiste ser vida. Pero eso no quita que siempre vayas a ser mi otra niña, la mitad de mi vida.

No sé cómo hueles, pero aún y así, gracias por intentarlo.

Te regalo una de mis canciones favoritas.

Te echo de menos.

Globos de colores...

Globos de colores...

Los colores brillan bajo el sol radiante, un sol que parece querer recibirte (recibiros). Hemos venido los tres a acompañarte, hoy y siempre, hasta el fin de los días. Porque sí, hoy has volado alto, pero tú nunca te vas a ir, porque eres parte de nosotros y porque te debemos mucho. Tú nos has enseñado a amar incondicionalmente y a ser más fuertes.

Las lágrimas luchan por salir, y en mi mente y en mi corazón todo sigue pareciendo una pesadilla. Estamos ahí, rodeados de tanta gente, y sigo sin creer que esto nos haya podido pasar. Aún no me creo el hecho de que no estés físicamente, que no podamos verte sonreír y abrazarte, verte crecer como lo hacemos con tu preciosa hermana. Y cuesta tragar saliva y seguir andando como si nada hubiese pasado.

¿Por qué te fuiste tan pronto?

Pero esa es una pregunta para la que nunca voy a encontrar respuesta, y por eso siempre vas a ir conmigo. Te recuerdo a cada paso, en cada segundo. Ahora nosotros somos algo que suena a ti, a lo vivido, ya no somos los de antes. Nunca lo volveremos a ser.

De repente suena la música y duele mucho soltar el globo, pero debemos dejar que vueles. Y mirando al cielo desgarrador te alejas volando, bajo el sol, inquieta y juguetona con el viento, entre colores, junto a tantos otros ángeles que te acompañan en el camino. 

Injusto a todas luces, pero emotivo. Seguís todos juntos la misma senda, un simbólico pájaro parece guiaros hasta que desaparecéis en el cielo.

Nosotros tres volvemos a nuestro hogar, tú ya estás en el tuyo. Pero nunca lo olvides, siempre seremos cuatro, tú eres nuestro ángel.

Te queremos con toda el alma mi preciosa Alexia.

Corriendo en pareja...

Han pasado ya dos meses, y a pesar del tiempo sigues ahí adentro, doliendo, con una cicatriz abierta de par en par en los cimientos de mi andar. Y nunca cicatrizará, lo supe en su día y lo sé hoy con más fuerza.

Duele sí, pero es un dolor placentero. Sabiendo que nada ni nadie nos podrá devolver tu aliento y tu mirada, me gusta sentir ese dolor porque eso significa que sigues en mí. Y sé que será asi siempre durante todos los días de mi vida, al irme a dormir vendrás conmigo y mi primer pensamiento también será para ti y para tu hermana.

Éstas debían ser nuestras primeras vacaciones juntos, contigo, con Aitana. Duele sentir que son las primeras vacaciones sin ti. Y cuesta caminar notando que tu espacio sigue ahí, sin ocupar, tal y como quedará siempre. No me quejo, la vida nos ha regalado a Aitana, que es y será siempre tu reflejo y nos hace tremendamente felices. Pero en mi corazón y en el de tu madre teníamos sitio para las dos, y ese vacío siempre seguirá ahí.

Hoy he salido a correr a primera hora. Me he sentido feliz. Podría ser por tener el mar a mi derecha y verdes prados y montañas a mi izquierda, podría ser por una vieja canción que sonaba y que me trajo reminiscencias del pasado (cuando los problemas no eran problemas), podría ser la brisa marina o el observar a los pescadores faenar a primera hora de la mañana... Todo eso ayuda, sin duda. Pero lo que realmente me ha hecho sentir plenamente feliz ha sido el sentir que cada vez que veo algo bello y pienso en ti, tú lo ves conmigo. Cada vez que exploro un nuevo lugar y me acuerdo de ti, tú lo descubres conmigo. Saber que si te llevo conmigo, de alguna manera tú también lo vives. Y eso me da fuerzas. Fuerzas para seguir, fuerzas para observar las cosas con más detalle, fuerzas para correr más rápido y más lejos para mostrarte más mundos que nunca llegarás a conocer. Te cojo la mano y corro, corro con fuerza y felicidad. Bordeamos el mar, la brisa golpea nuestros rostros, saltamos baches, subimos por las laderas... Reímos, reímos y reímos sin parar.

Y de repente una lágrima. Llego a casa y tú vuelves a tu sitio, dentro de mí. Algunos pensarán que estoy loco, otros que simplemente necesito ayuda. Es posible que tengan razón. Yo simplemente creo que lucho porque no pierdas tu sitio en mi vida y en mi corazón, porque no sería justo, porque tú te mereces que yo luche por no desterrarte de cada momento que viva, a pesar del dolor. Sabor agridulce para siempre. Es nuestro sino.

Gracias por este momento Alexia. Espero que te haya gustado el paseo. Yo he vuelto a ser feliz.

Te quiero mi princesa.

ALEXIA

No soy muy amigo de publicar intimidades. Hacer público cada instante de la vida propia es algo totalmente lícito y que está de moda, pero que no va conmigo. Yo siempre he creído que la vida está para vivirla y no para ser contada, y sólo los momentos relevantes son susceptibles de ser compartidos. No obstante, cuando te pasa algo así tienes dos opciones: desterrar para siempre el recuerdo de tu mente o darle el lugar que merece en tu vida. Y yo, equivocadamente o no, he optado por lo segundo.

Hoy no pretendo demostrar mis dotes de gran escritor, entre otras cosas porque nunca lo he sido. Ni quiero adornarme en la filigrana de vocablos que ni siquiera esté seguro de que encajen en el contexto. Hoy simplemente quiero gritar mi dolor para que no me desgarre la piel tratando de escapar de éste, hoy y para siempre, agrietado corazón.

Que se te muera una hija es algo que uno nunca cree que le vaya a tocar a él, e incluso se te encoge el espíritu simplemente al escribirlo o pensarlo. Cuando he visto/leído algo así por noticiarios varios me ha parecido una tragedia, pero la empatía no es un valor suficiente para imaginar el dolor que se puede llegar a sentir. Se te parte el alma, muere una parte de ti que nunca volverás a recuperar... Todo se torna una pesadilla en la que nunca suena el despertador. Y ahí te posas, desorientado, sin entender nada, viviendo entre la luz y las sombras.

Sabes? En estos casos al padre no se le tiene en gran consideración. Eres la pieza que debe tirar del carro, a la que todo el mundo le transmite su dolor porque intentas estar entero, tienes un derecho limitado y temporal para exteriorizar tu pena e incluso al que algún desalmado se le ocurre el decirte que para ti no es tan duro. En circunstancias así la rabia y el sufrimiento me hacen reír... Nada de lo que diga podrá hacerles entender lo que para un padre puede suponer ver a su pequeña sin vida. Pero no juzgo a la gente, no son protagonistas de este inmenso dolor.

Me preguntaba la gente al tener a mi pequeña Aitana en brazos si era consciente de que era padre. Contesté que sólo una cosa me hacía sentir ese privilegio, y no era otra cosa que un amor tan grande dentro de mí que me haría dar la vida por ella. No dudaría en saltar al vacío en su lugar, aunque sólo hubiese una opción entre un millón de salvarla. Y esa misma sensación era aplicable a ti. Pero tú saltaste sin mí, saltaste sin tu madre, saltaste sin nosotros para regalarnos la vida de tu hermana. Elegiste esa opción entre un millón para que Aitana pudiera sonreír. Eso duele, duele hoy y dolerá siempre. Hubiese dado todo, todo lo que hubiese estado en mi mano por verte sonreír, por ver tu pequeñito y precioso cuerpo esbozar un aliento de vida.

"Sabor agridulce" - me decía yo a mí mismo tratando de dar forma a mis días -. Limitado e impersonal resumen, pero era una respuesta social, sin querer ahondar en la profundidad de las heridas. Mis niñas sois demasiado importantes para mí como para reducirlo todo a un mísero "agridulce". No hay un sabor en el mundo que pueda aliñar esta ensalada de sentimientos que han supuesto el nacimiento de tu hermanita y tu marcha, Alexia. Felicidad inmensa e incalculable por mi princesa Aitana, pero desgraciadamente el adiós de mi bello ángel no es algo que pueda describirse con palabras. Injusto sería un buen comienzo, pero al ver tu cuerpo pequeñito sin vida las palabras vuelven a quedarse cortas.

Que formarás parte de nuestras vidas SIEMPRE es algo demasiado obvio. Alexia, tú has sido, eres y serás la otra mitad de mi vida. Ésa que desde hoy quedará reservada a mi niña, y que nada ni nadie podrá romper. El tiempo, sabio como siempre, nos enseñará a llevar tu ausencia, pero jamás hará que te olvidemos. Las agujas de Chronos no son tan fuertes como para arrancar la imagen de mi pequeñita de mi corazón y de mi mente. Las lágrimas ahora tan públicas quedarán ahogadas en el silencio de un padre que siempre echará de menos a su hija que se marchó antes incluso de que fuese demasiado pronto.

Sé que cuidarás de nosotros, estés donde estés. Te veremos una y otra vez a través de tu hermana, y vivirás en ella y en cada uno de nuestros días. En cada paso de Aitana tu irás intrínseca, cuando hable oíremos tu voz, cuando juegue en el parque en algún punto de mi mente siempre jugaréis las dos. Y nos encontraremos, sé que nos esperarás. Llegará un día en que nos reiremos juntos de todo esto y seguro que entenderé porqué ha sucedido de esta manera. Y me explicarás, y entenderé porqué no te ví aprender a llevar tu primera bicicleta, porqué no te ví llegar a enamorarte, porqué no llegó el día en que la naturaleza se llevó a tu padre ante tus ojos... Ese día cogeré tu manita y nunca la volveré a soltar. Pero no ahora, no hoy. Tu hermana nos necesita, te va a echar tanto de menos como nosotros, a ti, su compañera de viaje durante tu corta pero intensa vida. La guerrera, la movida, la que nos iba a llevar al límite...

Pero no voy a pensar en lo que pudiste ser, porque aunque quiera sé que eso nunca sucederá. Te dejo volar dolido pero orgulloso. Orgulloso de tu belleza celestial resistiendo la ausencia de vida en el transcurso de los días, supongo que es por aquello de que los ángeles no envejecen. Orgulloso de tu fuerza y tu lucha, la que demostraste hasta el último instante. Orgulloso de que seas tan igual a Aitana, mis dos gotas de vida. Pero sobretodo y ante todo, orgulloso de saber que tu madre te acompañó hasta tu último aliento, y que yo he podido cogerte la mano y acompañar a tu pequeño pero bello cuerpo hasta el final para que vueles libre. Debemos dejarte ir y que ocupes tu lugar. El del ángel de la guarda que siempre reinará en nuestras vidas de forma etérea, ahora sé que siempre has pertenecido al cielo.

Un cálido beso en un frío pero eterno cuerpo, un lo siento y un te queremos serán tu equipaje en la eternidad. Sé feliz mi vida allá donde vayas, sin duda harás del cielo un lugar mejor. Aquí intentaremos reaprender a sonreír, y cada vez que lo consiga, esa sonrisa llevará tu nombre. Desde hoy eres la estrella que más brilla en mi firmamento.

Te amaremos eternamente. Sé feliz Alexia,

Tus papis

Dos mil catorceando...

Un año más, como diría la famosa canción de Mecano. Quizás el peor año de mi historia, que no la personal, sino la historia del mundo en el que habito.

Estamos sin duda en un mundo peor. La miseria se ha apoderado de casi todos los hogares, y lo que es peor, de los corazones de la gente. Hoy la navidad es menos navidad, la sociedad ha perdido el sentido. La gente ha dejado de creer en los políticos y los políticos han dejado de pensar en la gente. Contaminamos más y respetamos menos...

Desgraciadamente los propósitos de año nuevo se han visto reducidos a lo laboral. Ya nadie confia en mundos mejores, en mejorar sus vidas, en luchar por lo que creen. La fantasía agoniza en un rincón del pensamiento de los niños, que cada día les hacemos crecer antes.

Hoy es un buen día para parar, para reescribir nuestros caminos. Evadámonos por un instante de todo y soñemos, soñemos que todo puede ser mejor. Rescatad a ese niño que un día miró al mundo con ilusión, tended la mano al prójimo, cerrad el grifo y apagad las luces cuando no sean necesarios, respetad y comed menos animales, al fin y al cabo ellos no son culpables de coexistir con tal depredador. Olvidad las banderas y las fronteras, seríamos más felices sin mirar el DNI o el color de la piel. Hagámos de la ilusión nuestro leitmotiv.

Para mí ha sido un año intenso, de trabajo, de retos personales. Me he conocido y reconocido una vez más en la soledad, he echado de menos, he modificado hábitos, lo he dado todo por mi trabajo y he luchado cada día como si fuese el último. He visto sonreír a mi sobrina, he conocido a otra personita maravillosa que ha llegado para darle más sentido a todo. He creado lazos fuertes con los míos, que han estado más lejos pero más cerca que nunca. Pero sobretodo he aprendido, he aprendido de todo y de todos. He conocido una tierra que por desconocida, no deja de ser maravillosa y he conocido gente increíble, con los que codo a codo y con muchos sudor hemos tratado de construir algo, y creo que lo hemos logrado.

El próximo será también un año de cambios, de situaciones inesperadas, de caminos que se bifurcan, de caminos que se unen. Mi vida cambiará, pero la esencia seguirá siendo la misma. Trataré de observar lo que me rodea, de vivir la vida y de habitar el mundo. El Carpe Diem será la única política que aplique en mi sendero, y ante cada lágrima resurgiré con más fuerza como el ave fénix resurgía de sus cenizas una y otra vez, una y otra vez... Y esta vez con dos personitas que necesitarán que mi intuición y mi amor no decaiga en ningún momento, y a partir de ello labrar su camino.

Seamos más de Rousseau que de Hobbes, veamos lo bello de la esencia humana. Yo sí creo que el hombre es bueno por naturaleza, y en el hombre confiaré para cambiar todo ésto. 

Os deseo un feliz 2014 a todos...

Des-Neoyorkizando...

Los dos últimos días han sido hechos de retales. Retales que nos quedaban por ver de una ciudad que no ha dejado de sorprendernos hasta el último día.

Visitamos por la mañana el inacabable Metropolitan, un megalítico museo que haría las delicias de cualquier amante del arte. No obstante nuestros conocimientos no alcanzaban para disfrutarlo, no reconocimos prácticamente ninguna obra pictórica o escultórica (como si haríamos en el Louvre, Vaticano o El Prado). No obstante impresionantes sí que eran las colecciones egipcias y grecoromanas.

Tras comer nuevamente en la deliciosa Risotteria, por la tarde estuvimos ante el magnífico estadio de los Yankees en día de partido, había un ambientazo impresionante. Anduvimos un buen rato sin fortuna tratando de encontrar el mítico Rucker Park, el cual pudimos ver sólo desde el tren. No obstante tuvimos la suerte de andar y conocer el archiconocido barrio del Bronx. Esencia pura americana, aunque excesívamente pobre. Hay zonas que son un verdadero suburbio.

Al volver hicimos una parada en la juguetería FAO, mítica por la película de Tom Hanks "BIG". A destacar el piano en el suelo que es ya todo un atractivo turístico para la ciudad de Nueva York.

Al llegar a Times Square hacemos la cola para aparecer en las animaciones que se dan en la pantalla gigante. Tras media hora de espera nos posicionamos primeros, pero cuando estamos delante de la pantalla, un "pringao" nos desplaza a la derecha con lo que nos deja fuera de la zona de cámara. A waste of time.

Tras un breve descanso en el hotel cenamo en la cadena Applebee, que tienen comida sin gluten. Aquí te traen el tip ya añadido en la cuenta, además de las tasas. Y cuando vas a pagar te dan la opción de dar un segundo tip. De locos...!

Ayer amanecimos ya casi sin fuerzas de tanto trote, aún y así nuestro ritmo no descendió en ningún momento. Caminamos desde Times Square hasta el Madison Square Garden. Unas 15 manzanas para llegar a un sitio que estaba totalmente cerrado y rodeado de andamios. Lo mismo nos sucedió con el Battery Park, catedral de San Patricio, un trozo de Times Square, media avenida de Broadway, autopistas e incluso en el Niágara. Media USA en obras: una pena!

Seguimos caminando por el barrio de Chelsea, un barrio gay pero con ninguna particularidad. Tras una larga caminata llegamos a Little Italy nuevamente, un barrio con encanto que nos seduce una y otra vez. Comemos en un mexicano que no es nada del otro mundo.

Nos vamos diréctamente al museo de História Natural, el de la peli de Noche en el museo. Intuía que sería mucho más de mi agrado que el Met, y así resultó. Animales y culturas representadas a tamaño real, esqueletos, meteoritos, la historia de las especies... Un enorme museo con la vida puesta en escena. Muy recomendable.

Tras el museo pateamos nuevamente Central Park, el cual conocemos ya como nuestra casa a pesar de su tamaño. Damos de comer a las ardillas y los patos, y pasamos un rato entretenidos mientras esperamos a Laia, Ramón y Mariona.

Tras dar un paseo con ellos vamos a cenar a su casa. Un piso precioso a lo "neoyorquino" con vistas espectaculares a la gran ciudad. Jugamos con la tremenda Mariona y brindamos con cava. Han sido unos anfitriones geniales que nos han hecho sentir como en casa. Menudo "Arguiñano" el Ramón.

Volvemos al hotel a descansar y nos disponemos a pasar las últimas horas en una ciudad impresionante.

Es una ciudad ruidosa, y en muchas zonas sucia y poco bella... Pero todo eso se diluye ante su magnificencia. Es espectacular, auténtica, su gandiosidad satura tu mente... Te regala imágenes que nunca podrás volver a ver (puente de Brooklyn, Skyline, Times Square, Central Park, 5a avenida...), pero sobretodo cómo viven la vida, lo auténticos que son y el sentido del espectáculo que tienen. Le ponen pasión a cada minucia.

God bless America! Volveremos a vernos...

Outleteando...

Esta jornada la hemos considerado un paréntesis light, de shopping. Ha sido un día para detener el ritmo loco de esta imponente ciudad. Hemos hecho la típica excursión a los Woodbury Common Outlets (a una hora de Nueva York) con el frío como protagonista por primera vez. Gap, Guess, Tommy Hilfigher, Ralph Lauren, Levis, US Polo, Aeropostale, Adidas, Nike, D&G... La lista es interminable. La gente iba con maletas para llenar de ropa, y los que no llevaban se la compraban en el lugar, alucinante.

Al llegar nuevamente a NYC el bus aparca en la estación de Port Autorithy, un centro neurálgico dentro de la ciudad de Nueva York. En la estación hay una reproducción de las Torres Gemelas a tamaño "de persona", un bonito homenaje a las víctimas.

De camino al hotel nos vamos dando cuenta de lo hechos que estamos a NYC: a su ruido, sus colores, sus edificios, sus neones incombustibles... Es una ciudad que te cautiva por su fuerza, más que por su belleza. La echaremos de menos, así que hay que aprovechar los dos días que nos quedan.