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EL_universo_DE_alexia

Gentes del mundo

Post visita

Resumir este viaje en palabras es complicado, por lo extenso y por lo especial del mismo.

Es una odisea de contrastes, de cosas idénticas y opuestas a lo conocido.

El sueño americano de las películas ha estado presente a cada paso, en cada lugar. 

El americano es americano, para lo bueno y para lo malo. Y mueren fieles a ese pensamiento y con bandera en mano.

Recorrer este país es todo un lujo, perderte por sus llanuras, atravesar sus eternas carreteras y maravillarte con sus múltiples paisajes es algo que te marca.

Como todo en la vida cambiaría cosas del viaje, pero los errores forman parte de la aventura, y lo tornan más auténtico si cabe.

USA es un lugar para perderte un millón de veces, y seguramente siempre te quedaría una cosa más por conocer, por descubrir.

Yo me quedo con la sonrisa de la gente hacia el turista, con la obesidad, con las propinas, con su inmensidad de paisajes, con lo enigmático de cada lugar, me quedo con la opulencia de Beverly Hills y con los indigentes.

Me quedo con lo bueno y lo malo, porque un país es grande por sus puntos fuertes, y esa inmensidad se torna pequeña al contemplar sus defectos. Por eso este país es capaz de lo mejor y de lo peor.

Para la eternidad la fría y peculiar San Francisco, el paradisíaco e inesperado Lago Tahoe, el inmenso Yosemite, la desinhibida y espectacular Las Vegas, el pequeño gran Canyonlands, el peculiar Monument Valley, el maravilloso Gran Cañón, la peliculera Los Ángeles y el sueño americano hecho ciudad, San Diego.

Un pequeño trozo de cada uno de estos lugares, y sus 5000 km de recorrido, formarán para siempre, parte de nuestra historia.

See you soon!

Día 18 - San Diego III

Ayer fue nuestro último día en tierras americanas. Como lo que no hubiésemos visto ya, era un poco tarde para verlo, decidimos tomárnoslo con un poco de calma.

A primera hora hicimos una visita fugaz al Premium Outlets Las Americas, fronterizo con México. 

Después fuimos a la Jolla, una zona playera de San Diego y en la que nos recomendaron que se comía bien.

Tras equivocarnos de lugar y dar una vuelta por la zona residencial, dicho sea de paso con unas casas descomunales, llegamos a la zona más turística de La Jolla.

El sol rajaba las piedras, así que tras encontrar un "sitiazo" para dejar el coche, fuimos a la playa por primera vez desde que estamos aquí.

La playa estaba superpoblada, pero como con una esquina teníamos más que de sobras, nos acomodamos en un rincón. Muchísimos surfistas se encontraban en la zona, como sucede a lo largo y ancho de California. En esta playa además se daban cita muchos aprendices de kayac.

Tras un par de remojones y de tomar el sol un buen rato fuimos a comer.

Encontramos un restaurante llamado Osteria Romántica, y en cuya puerta rezaba el cartel "cucina italiana" (la carta tambiên estaba en italiano), y nuestra experiencia americana nos decía que este era un buen restaurante.

No nos equivocamos. Comimos muy bien. Una ensalada de espinacas de primero, Y de segundo pasta y rissotto.

Todo muy bueno y a un precio más que asequible, al cambio 25 euros. Y rellenándote la cocacola y el agua en todo momento.

De postre un helado del típico camión de helados de toda la vida. Una pantera rosa y una tortuga ninja, costaba 7 dólares pero solamente teníamos 5 en cash y nos dijeron que ya estaba bien. Estos Maricarmen...

Tras darle dos lametones se me cayó el mío, me sentí como el típico niño marginado del cole. Pero se me pasó rápido. Casi nos meamos de la risa.

Tras este incidente volvimos al hotel y bajamos a la piscina. Hicimos una mini siesta bajo la música de la réplica de Bruce Springsteen, tengo que reconocer que cantaba muy bien a pesar de no ser santo de mi devoción.

Tras este bañito que nos vino genial, nos duchamos y fuimos cenar por última vez en USA. Volvimos al hawaiano a comer pizza. Previamente dimos un largo paseo por el Sea Port, en el cual había un portaviones de la marina americana de un tamaño descomunal.

Tras dar una vuelta por las tiendas artesanas de la zona. Volvimos sl hotel.

Gran recuerdo de San Diego. Una ciudad que auna lo mejor de Estados Unidos y de Europa.

Día 17 - San Diego II

Hoy hemos ido a primera hora al aeropuerto para ampliar el plazo del coche hasta el día 5.

Una vez conseguido esto hemos ido a la isla de Coronado. Una muy bonita zona de San Diego, muy al estilo de la Lido veneciana. Casas lujosas, grandes jardines y zonas verdes, paseos marítimos, tiendas y mucho turismo.

Tras esta visita hemos decidido ir al zoo, el de San Diego es quizás el más famoso de USA. Muchos nos enteramos de que SD tenía zoo gracias a la película de dibujos Madagascar. Aunque lo cierto es que es mucho más que eso.

Solamente por su extensión ya se aprecia que no es un zoo común. El de SD es un zoo que lucha por preservar las especies en más de 40 países.

Se caracteriza por ser uno de los pocos zoos del mundo en el que han podido criar pandas en cautividad, y son preciosos. No menos impresionante es contemplar los osos polares, tan imponentes como grandes.

Tigres, leones, osos, jaguares, hienas, hipopotamos, elefantes, gorilas, macacos, lemures... Los que me conocéis bien sabéis lo que he podido disfrutar con esto. Ni siquiera hemos comido.

A media tarde hemos tomado un batido en Ruby's, la típica hamburguesería americana.

Después hemos dado un paseo por Pacific Beach, una playa surfera al más puro estilo hawaiano. Cientos de surfistas esperando las mejores olas, gente corriendo, en bici y en patines por el paseo marítimo. Mucha gente chic en una terraza de un bar de copas que da al mar. Un muelle de madera de las que tantas veces hemos visto en las películas.

Lástima que a última hora se ha levantado frío, porque durante todo el día ha hecho un sol de escándalo.

Posteriormente nos hemos ido a duchar al hotel antes de ir a cenar. Y  la cena ha sido en un sitio (Nick's on the beach), en el que hemos caído de rebote, y que desde hoy recomendaré a todo el que pise estas tierras. Para mí un solomillo buenísimo, y para Rebeca una pasta  en su punto. Excelente. 

Y ya a dormir. Mañana último día en USA...

Día 16 - San Diego

Ayer fue un día mucho más tranquilo de lo que solemos tener.

Por la mañana fuimos hacia San Diego, unas dos horas de trayecto.

Por el camino paramos en un outlet para acabar de comprar alguna cosa, y de paso aprovechamos para comer y así llegamos a San Diego completitos.

Comimos en Ruby's, una cadena de hamburgueserías muy curiosa que hay aquí en USA. Rememora los años 60/70, es la típica hamburguesería que hemos visto en Grease o Regreso al Futuro. Con camareras luciendo un mini vestido a rayas blancas y rojas, una visera y delantal, asientos de piel brillante y roja, un coche sesentero en medio de la cafetería... Y unos batidos de vicio. 

La carne estaba muy buena, y en todos los restaurantes que hemos ido (lujosos o no), si no te has acabado la comida te dan un carton y te la llevas a casa. Y remarcar que no es necesario pedir tap water, con decir water ya te traen agua y no te la cobran. 

Llegamos a San Diego: hotel Hillton. El hotel es espectacular, una piscina enorme, una habitación también inmensa y con vistas a la playa. El complejo me recuerda al de Salvados por la Campana, cuando se van a la playa con León Carosi (qué peliculero que estoy últimamente).

Decidimos ir a la piscina del hotel a relajar un poco, y luego a la playa. Hay acceso directo desde el hotel. En la playa hay mil actividades, y mucha gente haciendo barbacoas.

No tardamos mucho en irnos porque hace viento. En San Francisco hacía frío (pero frío frío), en Las Vegas el peor calor que he sufrido nunca, y en Los Ángeles y San Diego se está muy bien al sol pero en la sombra hace frío. Como mi clima canario nada.

Nos duchamos y nos vamos a cenar al puerto de San Diego. Os adelanto ya que lo que Los Ángeles tiene de mítico, San Diego lo tiene de bello. Zonas residenciales, el puerto con carruajes al estilo cenicienta, mejores restaurantes... Todo esta más cuidado y menos masificado.

Cenamos en un restaurante Hawaiano, estilo surfero y hecho de madera. Nos pedimos una pizza tamaño mini tabla de surf, y estaba buenísima. El camarero muy simpático, un ex de L.A. que se vino a San Diego huyendo de las aglomeraciones angelinas.

Damos un último paseo por las tiendas de souvenirs de la zona y nos vamos a dormir.

Hoy veremos San Diego a fondo...

Día 15 - Los Ángeles III

Ayer vivimos un día plenamente californiano! Por la mañana fuimos a primera hora hacia Santa Bárbara. Vayas a la hora que vayas en L.A. encontrarás tráfico. Son 20 millones de habitantes y hay 12 millones de coches, descomunal.

En Santa Bárbara dejamos el coche en un parking público, y dimos una vuelta por la zona.

Nada más entrar en el paseo marítimo la imagen del muelle impacta. El Santa Mónica Pier es un mundo de color, de arte, de vitalidad.

De lejos se divisaba el colorido de su noria, las atracciones, muchísima gente haciendo deporte a través del paseo marítimo... Y mucho sol. La verdad que era como estar en la serie esa de los polis que iban en bici por la costa.

Llegamos hasta el final del muelle observando cada detalle. Artistas de todo tipo, restaurantes de marisco y unas vistas privilegiadas de la playa de Santa Mónica, la mítica playa en la que Pamela Anderson nos hizo creer a más de uno que eso de ahogarse no era tan mala idea. Las casetas típicas de los socorristas, el bañador rojo, ese jeep amarillo...

Para ver mejor las vistas, y por vivir en primera persona la experiencia del parque de atracciones en el muelle, nos subimos a la noria. No es nada del otro mundo a nivel de vistas, pero te aporta por lo emblemático del lugar.

Teníamos hambre porque apenas habíamos desayunado, así que decidimos buscar un restaurante. De lejos divisé un cartel que rezaba: "cucina italiana", y el restaurante se llamaba Il Fornaio. He descubierto algo aquí en USA, si te ponen Italian Food (escrito en inglés), ese es un restaurante americano de comida rápida camuflado con la bandera de Italia. Si en cambio te lo pone en italiano, entra que te lo gozarás.

Comimos una ensalada Caprese con aceite de olivaaaaa!!! Rebeca unos canelones y yo una lasagna, todo casero y muy bueno.

Después de comer nos habíamos quedado sin dólares en efectivo para dar la obligada propina en los restaurantes y, aquí en Santa Mónica casualmente, casi todo funcionaba con cash. 

Tras realizar unas gestiones en el banco que duraron más de lo esperado, pudimos sacar dinero y de paso compramos otra cinta para la camara de video (y ya van cinco).

Después quisimos ser totalmente Californianos y sentirnos parte de este lugar, así que decidimos alquilar una bicicleta (en concreto un tandem), y dimos un paseo de casi tres horas por la playa de Santa Mónica, Venice Beach y Marina del Rey.

Ir por ese paseo marítimo en bicicleta solamente tiene una palabra para definirlo: épico!

Hay un carril bici enorme, y durante todo el camino vas sorteando a otros ciclistas, gente corriendo, con patines, con monopatín...

A la derecha la enorme, extensa y mítica playa, a la izquierda del camino unos jardines en los cuales cada loco andaba con su tema: unos tomando el sol, otros de picnic, uno con su radio (al estilo peliculero), otro haciendo yoga, etc...

Tras los jardines y a lo largo de todo el recorrido, un paseo para vianantes repleto de tiendas de ropa, mercadillos, artistas, puestos de fruta y, el boom en la zona, tiendas de marihuana. Gente de todas las razas y culturas se congregaban a lo largo y ancho del paseo. Se respiraba vida.

Todo el paseo está lleno de parques con columpios, palmeras y flores de todos los colores. Toda la vegetación de California es importada de Hawaii, ya que California es un desierto y aquí no crece nada (lo mismo ocurre en Arizona o Nuevo México).

Durante el trayecto a lo largo de la playa nos encontramos una zona de skate, repleto de gente practicándolo dentro y otros muchos observando desde fuera. Unos metros más adelante unas canchas de básquet al más puro estilo underground (Jose y Javi os hubiesen encantado). Justo al lado del básquet lo mismo pero con tennis. Y un poco más allá un gimnasio al aire libre, pero no un gimnasio de columpios no, un gimnasio de verdad. Incluso había una exhibición de culturismo.

Al final del paseo de Santa Mónica llegamos a Marina del Rey, un lugar idílico para vivir. Con mucho silencio, casas lujosas todas hechas de madera y al lado del mar.

A la vuelta pasamos por Venice Beach, o como ellos le llaman: el canal. Un barrio famosísimo por sus callejuelas colindantes y llenas de puentes. Protagonista en muchísimas películas. Y en sus calles hemos podido ver muchas persecuciones.

Antes de dejar la bici nos tomamos una especie de granizado de banana con zumo de naranja, buenísimo.

En los últimos metros tuve que darlo todo "a lo Contador" porque un niño de 10 años me quería ganar. Si es que ya no se respeta nada.

Antes de ir a dormir quisimos tener una vista nocturna de Los Ángeles desde el observatorio Griffith pero como casi todo aquí, cierra demasiado temprano. Hemos encontrado restaurantes que cierran a las nueve. Y cuándo cenamos?

Hoy San Diego...

Día 14 - Los Ángeles II

Este ha sido otro día para recordar siempre.

El día ha comenzado pronto. A las 8:20 nos recogían en el hotel la empresa "California fantasy tour", con la intención de realizar una visita guiada por la ciudad de Los Ángeles, por las casas de los famosos, y que incluía la entrada a los estudios Universal.

En la furgoneta íbamos nosotros dos y cinco italianos, uno de Milán y cuatro de Sicilia. La guía era una italiana de Roma. Si existe alguna definición de italiana, os aseguro que se correspondería totalmente con Mariana (nuestra guía).

Primero nos ha dado una vuelta por el Downtown: zona de negocios, edificio de prisión preventiva,  cámara penal y criminal (lugar de juicios tan famosos como OJ Simpson, Michael Jackson o Paris Hilton), el edificio donde se rodó Superman, el Walt Disney City Hall, el ayuntamiento... 

Y una vez pasado esto hemos llegado a "El pueblo". El pueblo es un barrio mexicano de L.A., un pueblo dentro de la ciudad. Data del 1750 aproximadamente, de cuando California pertenecía a México. Hoy en día sigue teniendo las costumbres mexicanas, y la casa más antigua de L.A. Hay muchas famílias rotas debido a la fuga de ilegales de hace un par de años, a raíz de la ley que se aprobó a través de la cual cualquier polícia podía solicitar la documentación a cualquier sujeto de apariencia latina, con el objetivo de detectar a los ilegales y echarlos del país. Tras una vuelta por el "mercado mexicano", hemos tomado un chocalate/café y hemos proseguido el tour.

Previamente habíamos visitado la estación de tren central de L.A., en la cual se rodó Pearl Harbour. Incluso una parte de la estación simula un juzgado, y está destinada al rodaje de películas exclusivamente.

Durante todo el tour (que ha sido casi íntegramente en italiano), ante cada lugar famoso por su currículum cinematográfico, la guía nos ponía la canción acorde a la película. Ha sido muy peculiar y divertido.

La siguiente parada ha sido ver el cartel de Hollywood, desde lejos y solamente hacerle un par de fotografías por respeto a los vecinos. Nos han explicado la historia del cartel, la cual es muy peculiar. Resumiendo deciros que el cartel lo creó una inmobiliaria que se llamaba Hollywood Land y que vendía la mayoría de casas de la zona alta de Malibú y Beberly Hills. El cartel era un simple reclamo publicitario. Con los años se convirtió en patrimonio de la ciudad, y el empresario cedió el cartel a L.A.

Seguidamente hemos visitado un barrio de casas lujosas de estilo victorianas. Son casas que se alquilan a las productoras para hacer películas, y durante ese tiempo los habitantes Se van a un hotel a gastos pagados (más el dinero que reciben). Gracias a esta alianza hemos visto la casa de "Embrujadas", la de Denzel Washington en "John Q" o la más emblemática "Thriller de Michael Jackson". Momento mítico.

También es famoso este barrio por "sufrir" constantes efectos paranormales. Todas las ventanas estaban repletas de buhos, cuervos, fantasmas y otros símbolos "oscuros". También en este barrio se rodaron las psico-killers de la saga Halloween.

Como curiosidad destacar el trabajo que Mariana desempeña en invierno (ante la escasez del turismo). Se va a casas de ricos, estos se van un mes fuera, y les cuida los perros. Se va con el novio y disfruta de la casa, le pagan 70 euros al día y todo para que los perros no tengan que cambiar de ambiente. Una muestra más de la locura americana y de la cultura de la mascota que hay en este país. Si alguno se anima... Es el trabajo de mis sueños.

Nuestra siguiente parada: Hollywood Boulevard. Con menos glamour del esperado, y lleno de "buscavidas" tratando de vivir del cine, paseamos una hora por su avenida. Las infinitas estrellas son su principal atracción, la última incorporada es la de Penélope Cruz. Para tener una estrella en el paseo de la fama debes cumplir varios requisitos: 5 años seguidos realizando trabajos exitosos, donar 25000 dólares a obras de caridad y recopilar 500000 firmas de apoyo. Mañana me pido una.

Otros puntos de interés en la avenida son el Teatro Kodak (donde se entregan los Oscar actualmente), el Wax Museum o el Teatro Chino (donde se lleva a cabo la premiere de la ceremonia).

Después hemos ido a West Hollywood, el segundo barrio con más tendencia gay de USA tras el Castro de San Francisco. Y hemos pasado por la calle más larga y con más ambiente de L.A., Sunset Boulevard (que llega hasta Malibú). Aquí hemos visto muchos lugares emblemáticos. Un bar de cómicos del cual surgieron Jim Carrey o Eddie Murphy, un bar donde tocaron los Rolling antes de ser famosos, el bar de Striptease de la peli de Demi Moore, el descampado en el que pillaron a Hugh Grant con la prostituta... Incluso el hotel donde hallaron muerto a River Phoenix. lugares de lo más curioso... Como el hotel de barrio donde Richard Gere subía por la escalera a recoger a Julia Roberts, con la limusina blanca (Ferrari se negó a que uno de sus lujosos coches se relacionase con la prostitución). Incluso el Hotel California que inspiró la mítica canción.

Unos metros más adelante Mariana nos pone una sintonía muy familiar: Sensación de Vivir 90210. Rápidamente nos confiesa que la casa de Brandon y Brenda jamás estuvo aquí. Y seguidamente, vamos a ver las casas de los famosos, en uno de los barrios más VIP, por detrás de Malibú y probablemente Bel-Air (que es un barrio privado).

Vemos casas de un lujo desorbitado: Jackie Chan, Madonna (absolutamente tapiada), Christina Aguilera, Brad Pitt y Angelina Jolie, Cher, los Beckham, Sinatra, Colombo, Cindy Crawford, el dueño de la casa Guess... Y en lo alto de la montaña (donde se considera que eres el rico entre los ricos), la casa de Steven Spielberg. Ostentosidad y lujo por todas partes.

El último punto de nuestro tour guiado por la ciudad ha sido Rodeo Drive, la calle más cara del mundo. La primera tienda que hemos visto ha sido la mítica de la que echaron a Julia Roberts en Pretty Woman. Con la sintonía de la película hemos recorrido la calle, y luego paseado sobre ella. Una avenida en honor a Versace, coches de mucho lujo, todas las tiendas de diseñadores presentes, e incluso el hotel donde se hospedaba Richard Gere en la mencionada película.

Nuestra siguiente parada del día han sido los estudios universal, la fábrica de los sueños donde todo es posible.

La primera atracción valía por si sola el precio de la entrada y la hora de cola que hemos hecho. Te desgranaban cada detalle de los estudios, te enseñaban los platos, los coches de las películas, historia, efectos en 1a persona, recreaciones por ordenador... Ha sido increible. Un tour de una hora que recomendaría cualquiera, le guste el cine o no.

De ahí hemos ido a Los Simpsons, una atracción de realidad virtual alucinante. Por un instante formábas parte de la serie, estabas dentro.

Jurassic Park era similar al tutuki splash, pero mucho más espectacular en su puesta en escena. Por lo mítico de la película y por los dinosaurios en si. Moja mucho más que el tutuki.

La Momia también ha tenido su punto, una montaña rusa en la oscuridad más egipcia y a velocidad de vértigo. Primero haciendo el recorrido hacia adelante, y luego hacia atrás.

Para rematar hemos entrado en la casa del terror, y creo que Rebeca se ha quedado con mi brazo.

Hemos regresado al hotel y hemos salido a cenar. Todo muy bueno y tap water, que no falte.

Mañana Santa Mónica y Venice Beach. Bona nit.

Día 13 - Los Ángeles

Ayer nos levantamos a las 4:30 am y tras coger las maletas (por enésima vez), salimos rumbo a Los Ángeles.

Tras el día nublado que tuvimos en el Gran Cañón, esperábamos que Los Ángeles (un lugar con sol 300 días al año), nos recibiese con mucho calor.

Encontrar la carretera poblada de cuervos fue algo muy curioso. Cada 500 metros 3 o 4 cuervos andando por la carretera. Si bien es cierto que era muy temprano, y el tráfico a esas horas era más que escaso, igualmente, desconocemos el motivo.

Tras 7 horas y 780 km llegamos a Los Ángeles. El calor era sofocante! A destacar que en esta ciudad se promueve el descenso de tráfico. En la autopista hay un carril para los llamados "poolcar", es decir, todos aquellos coches que viajen con más de una persona en su interior tienen un carril especial que facilita su circulación.

Nos vamos directamente al Outlet. Quizás por la frustración que llevábamos desde que fuimos al de Las Vegas, donde no vimos nada del otro mundo.

El Outlet tiene buenas ofertas, y lamentablemente nos tiramos en él más rato del esperado. La correspondecia de tallas entre Europa y América brilla por su ausencia.

Al dejar el Outlet e ir hacia el hotel encontramos caravanas interminables... Un Sábado?!

El hotel es bastante chulo, nos acomodamos y nos disponemos a hacer nuestra primera visita a Los Ángeles.

Al estar en medio del Financial District decidimos caminar un poco por la zona a ver que encontramos.

La primera sensación, al menos respecto al Financial District, es que es más abordable que San Francisco. Aunque en el mapa parecía muy alejado, en seguida hemos llegado a la zona del Staples Center. El entretenimiento ahí estaba asegurado. Bares, restaurantes, mucha gente, luces, el teatro Nokia, una exhibición de los X fighters...

Decidimos entrar a cenar a un restaurante muy chic, incluso se vende en la entrada el libro del chef. Música cool, un local bonito y gente guapa... Pintaba bien la cosa.

Tras esperar 20 minutos nos sientan en una mesa. La cena no ha sido barata, pero ha merecido la pena. Una pizza para Rebeca y pechuga a la milanesa para mí.

Al salir directos a la cama, que hoy nos espera un buen tour por Hollywood. Antes tuvimos que cambiar de habitación debido a un problema con el aire acondicionado.

Día 12 - Parque Nacional del Gran Cañon del Colorado II

El dia ha comenzado pronto (como casi siempre), pero esta vez ha sido más la dinámica que llevamos que la luz que entraba por la ventana, que en este hotel es más que aceptable.

A las siete me he vestido y he ido a solucionar un problema con la habitación, a eso de las 7:45 he despertado a Rebeca. Hemos ido a desayunar, y hemos pasado por el Macdonald's que está delante del hotel a "robar" wifi desde el coche (vaya imagen!).

De ahí directamente hemos ido al aeropuerto (sorpresivamente también había wifi ahí), para llevar a cabo el tour en avioneta sobre el Gran Cañón.

Puedo decir que si verlo desde abajo impresiona, desde el cielo los adjetivos se terminan. Estar dentro de esa avioneta que vuela relativamente bajo, y contemplar esas vistas desde una posición tan privilegiada, hace que te sientas como un pájaro (de los de pico y plumas).

Desde allí te percatas más aun de la gran obra de la naturaleza y de lo inmenso y celestial de ese lugar.

Cámara de fotos y de video a dos manos... Esta visita todo el mundo debería hacerla al menos una vez en la vida. 

Desde arriba observas el infinito valle, con sus frondosos árboles... Y de repente, de la nada... Surge el Gran Cañón. Los primeros indígenas que se toparon con ese inmenso y repentino precipicio enmedio del valle debieron alucinar.

Y hoy además, teníamos una audioguía muy interesante. Os doy algunos datos más que pueden ser de vuestro interés, y que os ayudarán a valorar más aun la magnitud del lugar del que hablamos:

El cañón tiene a lo largo una extensión de  400 km, de lo alto del precipicio hasta el rio Colorado hay 1600 metros, llegando en algunos puntos a los 2000 metros de caída libre.

Hace 250 millones de años era un mar, estaba todo lleno de agua. Posteriormente la falla expulsa gran parte del agua y crea un delta. Hace 10 millones de años se forma el río Colorado, que a su vez hace 6 millones de años da forma al cañón que hoy contemplamos. El río fue esculpiendo poco a poco uno de los lugares más emblemáticos del mundo.

La humedad hace que las piedras se agrieten, y algunas caen al río. De ahí sus formas tan pintorescas.

Cada día el río Colorado arrastra 80000 toneladas de piedras y barro que caen al río.

A pesar de eso, si volviesemos dentro de  1000 años al mismo punto estaría igual, quizás estaría unos 2 metros más hundido, pero sería absolutamente imperceptible.

En este histórico lugar hay rocas de 200 billones de años de antigüedad, de las más antiguas de todo el planeta. Y en muchas partes del parque se pueden ver restos de plantas marinas y moluscos fosilizados en dichas rocas.

La irrupción del humano en el cañón no es hasta hace 20000 años, se cree que una población asiática atravesó Alaska y se instaló en la zona. Hasta hace 7000 años vivieron aquí sus descendientes.

Los pobladores llamados "la cultura del desierto" pobló estas tierras 4000 años atrás, eran grandes agricultores y se cree que vivían dentro del mismo cañón. Hacia el año 400dc la tribu de los Anasakis ya los habían substituido (se desconoce el motivo), y estos a su vez desaparecieron debido a una ola de calor que duró unos 50 años.

Ya no fue hasta el 1540 que llegan los españoles a por el oro, y viendo la dificultad por encontrar el valioso metal, ignoran el cañón. Ni su belleza pudo con su ansia de poder.

Y así, hasta el año 1869 en el que un militar americano llamado Powell, decide explorarlo, el Gran Cañón había permanecido en el anonimato.

Hacia el 1880 los colonos lo habitan y trabajan sirviendo a los turistas que llegan a caballo. Y en el año 1901 se construye el primer hotel en la zona.

Sé que son muchos datos, pero me parecía una historia muy interesante. Pensar que se formó como tal hace 6 millones de años, y que turísticamente se está explotando hace poco más de 100 años, te hace sentir aun más privilegiado por poder observar dicha maravilla. Y te hace respetarlo mucho más, el Gran Cañón fue, es y será algo que está muy por encima del hombre.

La avioneta en si no transmitía mucha confianza, en lo que se refiere a dimensiones y prestaciones. Pero ha cumplido sobradamente su cometido, que no era otro que dejarnos obnuvilados con la belleza del lugar.

Tras la visita la mañana ha sido tranquila (que ya empezamos a necesitarlo). Un ratito en la piscina y luego nuevamente al buffet.

Tras la comida una breve pero reconfortante siesta.

Al despertarnos hemos vuelto al parque a dar una vuelta. Antes una parada obligada para comprar manzanas para nuestras amigas las ardillas. 

Hemos visitado el mirador de Yaki Point, el cual nos ha ofrecido otra perspectiva del cañón, aunque igual de impresionante que las demás.

La idea era poder ver atardecer desde algun punto del parque. Así que no podíamos hacer un sendero muy largo. Debido a esto hemos vuelto al sendero de ayer.

El sendero ha estado bien, hemos estirado piernas y le hemos dado de comer a algunas ardillas. Debido a que la tarde se ha ido nublando, no ha sido posible contemplar el atardecer. Aunque ver anochecer entre estas montañas ya es algo inigualable. Ver como esos gigantes rojizos se tornan negros y se funden con la noche.

Al volver a casa cena ligera del país: Macdonald's. Y a dormir prontito que mañana a las 4am queremos salir en dirección a Los Ángeles.

Día 11 - Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado

Antes de comenzar debo deciros que esto lo escribí anoche (vuestra mañana), pero no lo he podido publicar hasta ahora (vuestra tarde). Lo digo porque veréis que las estructuras temporales hablan de un hoy, que en realidad fue ayer. Vamos a ello:



Hoy nos hemos despertado a las siete. Hemos bajado a desayunar al restaurante indio, si bien es un local independiente del hotel, en él se lleva a cabo el régimen alimenticio del mismo. Para mí un vaso de leche y para picar salchichas, huevos revueltos y patatas. Me gusta comer ligero de buena mańana. Para Rebeca una especie de torradas fritas con mantequilla, café y fruta. Estaba todo bastante bueno la verdad.

Tras el desayuno hemos partido en dirección al Gran Cañón, unas 3 horas de camino y 350 km después llegamos al hotel.

Nos dice la chica que hasta las 4 pm no se puede hacer el check-in. Así que nos vamos a comer. Entramos al buffet del hotel a las 12:30, pero en realidad son las 11:30 porque volvemos a ganar la hora que perdimos al ir a Utah.

El buffet no es nada el otro mundo, pero al menos te da la opción de no comer fritangas. Durante la comida hemos tenido la actuación de la mujer de Mr. Bean. Una british (or american lady), de edad avanzada y para la que servirse la comida ha sido un verdadero espectáculo. Servirse la ensalada con la cámara de fotos colgando de la muñeca, y ver como la metía en cada bol cuando intentaba coger algo, no tiene precio. Y verla devolver al bol la lechuga que se le caía fuera del mismo tampoco. Lo dicho: un espectáculo.

De ahí directamente hemos entrado al parque. Precio: 25$ por vehículo, menos económico que los precedentes, pero muy lejos de ser caro.

Describir en palabras lo que hemos visto en este parque nacional es complicado. Pero lo voy a intentar.

Comenzaré diciendo que es el escenario natural más impresionante que he visto y que creo que veré. Sin contar Tenerife (por sentimentalismos más que evidentes), y teniendo en cuenta que hemos pasado por Yosemite, Arches, Canyonlands y Monument Valley (lugares de belleza y fama mundial), puedo y debo decir que este lugar es algo aparte, compite en otro nivel.

Sentarte ante uno de los innumerables precipicios, y observar su inmensidad aunque solamente sea por unos segundos, es algo que te encoje el alma. Te hace admirar la creación natural, y te das cuenta de que el hombre jamás podrá a llegar a crear algo semejante con sus manos.

Os hablaré en números de su inmensidad: el cañón está partido en dos lados (norte y sur). De lado a lado el precipicio tiene unos 15 km de ancho. Pero evidentemente ninguna carretera lo rodea. Para llegar del lado norte al lado sur hay unas 5 horas de camino. Para hacer rafting o descender en mula se recomienda reservar con 2 años de antelación. Y los descensos en rafting puede durar un día, tres o incluso tres semanas. 

Cada rincón tiene algo especial, una imagen, una planta, un animal o la simple inmensidad que se posa ante tu mirada.

Nada más llegar hemos ido en dirección al Desert View, un trayecto de unos 40 km. Sin embargo, en el primer mirador ya te das cuenta de que los kilómetros han merecido la pena. Durante todo el camino se conduce en paralelo al cañón, y cuando los árboles te lo permiten, el cañón se abre ante tu mirada. Mirando hacia el otro lado, casi no se observa el final.

Tras la pertinente visita al centro de visitantes, y en vista de la dificultad de ir al flanco norte, decidimos hacer una excursión por un sendero de unas 2 millas (3,2 km). Antes de coger el bus que nos dejará en la entrada del sendero, le damos de comer magdalenas a un cuervo que andaba por la zona, no sé si estaba por ahí porque estaba oliendo nuestro nivel de cansancio.

El sendero es prácticamente vertical, en descenso hacía el cañón. Con un calor sofocante pero unas vistas difíciles de olvidar.

A mitad de sendero la anécdota del día. Nos encontramos una ardilla que hace el amago de huir, pero al verme abrir la mochila se detiene y me mira de reojo a la expectativa. Saco una manzana, corto un trozo y se la ofreco. Lo siguiente ha sido digno de película. La ardilla se ha puesto de pie y ha cogido la manzana de mi mano, y se ha puesto a comérsela allí mismo. La segunda vez se la ha comido en mi propia mano. Y luego me he sentado en el suelo y ella se ha puesto encima mío a comer. Se ha zampado la manzana entera. Pero ha sido increíble ver a un animal salvaje dejar el temor a un lado para satisfacer una necesidad.

Más adelante se ha repetido la escena, sólo que esta vez eran tres las ardillas. Y ha habido gritos y peleas por la manzana. Aunque ha habido para todas.

Hemos continuado la excursión y la sesión de video y fotografías. Cualquiera de ellas podría ganar un concurso debido simplemente a la belleza del lugar.

La vuelta ha sido dura, con un desnivel bastante considerable.

Al llegar arriba estaba el corral con las mulas que hacen el recorrido con los turistas. Se acercaban y podías tocarlas, una gozada. 

En ese mismo instante hemos presenciado una estampida de ciervos, que huían asustadizos de un perro. La cornamenta de uno de ellos era enorme.

De regreso al coche hemos encontrado ciervos por el camino, algunos del tamaño de un caballo. Era curioso porque iban por el centro de la carretera. Y cuando el autobús se detenía para hacerles fotos, te miraban con una expresión tan extrañada como tú a ellos.

Cuando ya volvíamos con el bus para coger el coche, Rebeca se encuentra a una chica que trabajaba con ella en bomberos... Es pequeño el mundo o no?

Para acabar el día cenamos en el Macdonald's, para no perder el ritmo. Mi piel comienza a sufrir la mala alimentación.

El hotel está muy bien, pero es el primero en el que no hay wifi. Tener tiene, pero no funciona.

La próxima aventura para mañana: sobrevolar en avioneta el Gran Cañón... Ya os contaremos la experiencia.

Día 10 - Parque Nacional Canyonlands + Monument Valley

Ayer no dimos ni una desde que nos levantamos. Nos despertamos a las seis como casi cada día (por qué no tendrán persianas estos maricarmen?). A las 8 bajamos a desayunar y... Sorpresa!!! Eran las 9am y el desayuno había terminado. Resulta que en algun momento del viaje de antes de ayer hubo una variación horaria, y no teníamos ni idea. Es decir, que nos acostamos una hora más tarde y nos levantamos una hora más tarde de lo que pensábamos. Menos mal que el chico se comportó y le sacó un zumo a Rebeca y a mí unos cereales.

Mi movil me dice que tenemos el parque nacional de Canyonlands a 50 km hacía el oeste, y Monument Valley a 100 km al este. Así que decidimos dedicar la mañana a Canyonlands, y la tarde a Monument Valley.

Tras consultar en el centro de visitantes (cada parque tiene uno), nos acercamos a los puntos más importantes de Canyonlands. 

Este parque tienes unos paisajes impresionantes, muy por encima de su vecino Arches. Cañones que dan lugar a precipicios descomunales, extensas y áridas praderas a los pies de los rojizos cañones. Zonas erosionadas que han dado lugar a formas variopintas, e incluso zonas donde hace muchos siglos hubo mar, e incluso el impacto de un meteorito.

Nosotros hicimos dos pequeños senderos, de una milla cada uno. El precio de entrada es de 10$ por vehículo (como en Yosemite). Si vas a ir a muchos parques te sale rentable un pase para todos los parques nacionales por 80$. Por nuestro itinerario ha sido mejor comprarlos por separado. Además, Monument Valley no entra porque a pesar de estar en territorio USA, pertenece a una reserva india.

No sé lo que nos encontraremos en el Gran Cañón, pero sin duda Canyonlands nos parece una visita imprescindible.

Sobre las 12am decidimos ir a Monument Valley, que debíamos estar a unos 150 km. Pues no! Segunda sorpresa del día. Monument Valley estaba a 350 km y 4,5 horas del punto donde nos encontrábamos.

Sin más dilación nos ponemos en marcha. Por el camino otra tormenta, a pesar del calor. Y para comer: Subway. De la comida no comment. Pero para que os hagáis una idea de lo que es USA, en el Subway no había cobertura de movil, pero sí tenían wifi. 

Seguimos el camino hacía Monument Valley y a medida que nos aproximamos el paisaje se hace más y más espectacular. Hasta que llegas cerca de la reserva Navajo y te quedas sin habla. Ante ti se despliega Monument Valley con todo su esplendor.

Una llanura hasta donde alcanza la vista, interrumpida cada ciertos metros por unos gigantes monolitos de punta redondeada... Lugar en el cual John Wayne conquistó el oeste, y donde el Coyote jamás logro alcanzar al Correcaminos.

Cientos de instantáneas desde todos los ángulos, queríamos inmortalizar cada perspectiva que nos ofrecía este regalo de la naturaleza.

Entramos dentro de la reserva Navajo, aunque sinceramente creo que nos lo podríamos haber ahorrado. Se ve lo mismo que desde fuera, aunque un poco más cerca. Y desgraciadamente de los indígenas de la zona queda bien poquito.

Tras esto hemos recorrido 2 horas más hasta Tuba City, también en Arizona. Ya hemos abandonado el estado de Utah, Nevada y en breve volveremos a pisar California.

Nos hospedamos en un hotel Quality Inn, a la espera de partir hoy hacía el Gran Cañón. El hotel está bien. Aquí tampoco hay cobertura de movil pero sí que hay wifi, increíble.

La ventana da a un jardin en el que hay caballos sueltos comiendo hierva. Los he intentado tocar, pero no querían ser mis amigos :-(

La cena bastante buena, al fin un restaurante digno. Ha tenido que ser un restaurante indio, pero no de la india, de indígenas americanos. Es como si en Italia para comer bien me tengo que ir al Vaticano. En fin...

Nos vamos al Gran Cañón!

Día 9 - Moab (Utah) y Parque Nacional Arches

Hoy es el 1er día desde que estamos aquí que nos hemos levantado tarde, yo a eso de las 8 y Rebeca a las 9:30. El cansancio comienza a hacer mella.

Contábamos con salir tarde, pero hemos salido más tarde aun debido a un imprevisto. Al montarnos en el coche habías varias rayas de boli en el tapizado de piel de la puerta. Se lo hemos contado al supervisor y eso nos ha llevado a perder casi 1 hora.

Tras rellenar el parte por delante nos esperaban 750km y 7 horas de trayecto hasta Moab, en Utah.

Nada más entrar en la autopista ha comenzado a llover (40 grados y lloviendo), una lluvia que no nos ha abandonado hasta casi 400km después. Tras el calor y el frío, y ahora la lluvia, sólo nos falta la nieve para redondear el viaje (toco madera).

Las carreteras una vez más infinitas. Primero una de 400km y luego otra de 300km, todo en línea recta. Claro y directo, para que se van a complicar los Maricarmen (american men para los cultos).

A lado y lado de la carretera llanuras que llegaban hasta donde alcanzaba la vista, pasando de áridas y desérticas a verdes y frondosas de forma progresiva, y luego al contrario.

Para comer hemos querido ir a un sitio especial: el Tacos Bell. Sin comentarios respecto a este tema.

Tras la comida y la puesta en marcha, la anécdota del día. Un poli a caballo entre supermaderos y alguna película de terror de serie B, nos persigue con las luces a todo trapo. Nos amonesta porque no nos hemos cambiado al carril izquierdo cuando lo hemos visto parado en el arcén. Muy al estilo peliculero americano. Fonalmente se queda en anécdota.

Acercándonos cada vez más a Moab, un pueblecito de Utah, los cañones naturales nos absorbían. El del colorado es el más exagerado, pero cualquiera de los paisajes con cañones y extensas llanuras que hemos visto, en Europa serían patrimonio de la humanidad. De hecho aquí en USA con los paisajes pasa un poco lo que ocurre en Roma con los monumentos, a cada cual mejor que el anterior, y abruman tanto que llega un momento en que no te sorprenden. Aunque se siguen apreciando igualmente como los tesoros naturales que son.

Una parada para contemplar unas vistas espectaculares, y un par de paradas más para repostar y llegamos a Moab.

El Motel no estaba en la dirección que reflejaba internet ni en la del GPS, finalmente preguntando hemos dado con él. Para ser un motel está bastante bien. La recepcionista un poco limitada, ya que no conocía Canyonlands, uno de los parques nacionales más importantes de la zona y que está sólo a 50km de aquí. La USA profunda ;-)

La luz del sol apremiaba y decidimos acercarnos al parque nacional Arches, a quince minutos de Moab. A pesar de que estaba anocheciendo el parque es impresionante. Con paisajes lunares y montañas de mil formas diferentes. Al volver Rebeca se jugó la vida porque tenía un bicho encima, pero sobrevivió.

Por la noche aun no habíamos digerido la comida del mediodía y nos costó sentarnos a cenar. Finalmente elegimos un restaurante americano camuflado de italiano. Yo me como una especie de sopa picante con verduras, de dudosa calidad. Y Rebeca una pasta también picante.

El estómago parece haber tocado fondo, esperemos encontrar algo mejor o acabaremos necesitando un lavado de estómago.

Mañana Canyonlands y Monument Valley.

Día 8 - Las Vegas

Hoy hemos sentido en nuestra piel lo que es una ola de calor, pero una de las de verdad. De esas que te impiden respirar, y que te hacen entender que haya gente que no las supere. Para que os hagáis una idea, a Rebeca se le ha medio derretido un folleto que llevaba en las manos. Es como tener en todo momento un secador gigante persiguiéndote. Y por lo que nos dicen, este verano está siendo más frío de lo normal (digamos que menos caliente).

Nada más salir del hotel hemos ido a desayunar a un starbacks, un desayuno no excesivamente caro pero de una calidad baja, por lo menos a nivel de "hot chocolate", supongo que los cafés son buenos, pero como a mí no me gustan...

Tras esta parada nos hemos dirigido a la torre Stratosphere, de 350m de altura. Para los que hayáis estado en París, esta mide 100m más, aunque en belleza ni se le acerca a la torre parisina. 

Sin embargo, como en todo en LV, la espectacularidad está asegurada. Las vistas de la descomunal urbe en medio de la nada son increíbles, pero más aun lo son las atracciones que se encuentran en la cima.

Una caída libre justo encima de la torre, tipo la de port aventura. Pero esta atracción era la menos impactante. Había una especie de "voladoras" con un brazo mecánico que las hacía girar, con la peculiaridad de que las hacía girar sobre el vacío y con la silla mirando al precipicio. Unos metros más alla una especie de montaña rusa pero de una sola recta, hacía las delicias de los más suicidas, la bajada orientada hacia afuera del edificio, flotando en dirección al suelo mientras el vagón baja a todo gas y frena en seco cuando más se masca la tragedia.

Pero lo peor de todo es el salto sl vacío, tipo puenting. Los que me conocéis bien sabéis lo que yo disfruto con estas cosas. Me he tenido que sentar para poder verlo, porque los sudores fríos me invadían. Una ventana abierta a 350m del suelo y a volar!! Qué lejos estoy yo de poder llegar a hacer eso algun día...

Al salir de la torre, y tras casi morir esperando el bus, hemos entrado en el hotel Circus Circus. El Circus es un mundo mismo dentro de LV. Una feria permanente que dura todo el año. Aparte de un gigantesco casino, esto lo tienen todos, este hotel alberga un mundo de fantasía en su interior. Millones de luces, sonidos de feria, un escenario en el cual se desarrollan actuaciones gratuitas durante todo el día, juegos de feria con sus respectivos peluches, una calle de tiendas y la guinda, el Adventuredome. Un enorme parque de atracciones dentro del hotel bajo la cúpula más grande de LV, incluyendo montañas rusas y algo similar al tutuki splash. Una gozada.

La anécdota ha sido ver la tómbola de los camellos, tras varios años sin venir a la feria de La Llagosta. He jugado una partida y he ganado un peluche. No he perdido mi técnica a pesar del paso de los años.

Después hemos ido a comer al buffet del hotel Excalibur. Puedo confirmar que ha sido uno de los momentos más felices de mi vida. Tenían comida, con todas y cada una de las letras. Hemos comido sopa (como un manjar), pasta, patatas hervidas, fruta... Espero poder volver a ese sitio a recargar fuerzas para el resto del viaje.

Después de comer hemos visitado la zona. Los hoteles New York New York, con Manhattan y la estatua de la libertad. El MGM Grand con su león gigante en la entrada. El hotel París con el Arco del Triumfo y la Torre Eiffel de 150m incluídos (sólo 100m menos que la parisina). El Luxor con su esfinge y la correspondiente pirámide. Hemos visitado también el M&M's World, muy divertido.

La decepción del día ha sido quedarnos a las puertas de poder contemplar el show de los Jabbawockeez en el hotel Montecarlo, nos llevamos esa espina para casa. Y estaba a un precio bastante asequible. Una verdadera lástima.

Tras esto hemos decidido volver al hotel a hacer un pequeño descanso (serían las 7 de la tarde). Hemos bajado un rato a la piscina, con sus jacuzzis incluídos, y poco después nos hemos ido a cenar.

Ha sido en esta franja cuando nos hemos percatado de nuestra saturación con esta ciudad, y de que nuestro tiempo en ella ya había sido suficiente. Hemos estado 4 horas fuera y solamente nos ha dado tiempo de cenar.

Hemos querido volver al buffet del hotel Excalibur, pero tras más de una hora para llegar a él en bus (está sólo a un km de nuestro hotel y andando es inviable ya que te hacen dar muchos rodeos), nos lo hemos encontrado cerrado. Y como éste la gran mayoría de restaurantes en Las Vegas y San Francisco a las diez ya están cerrados. Para que os hagáis una idea, la cena comenzaba a las cuatro. Evidentemente los restaurantes dejan de ganar mucho dinero, porque mucha gente que sale de los espectáculos, tiene que acabar comiéndose de pie un trozo de pizza.

Hemos decidido andar hasta el Hard Rock, que a pesar de estar muy cerca, hemos tardado casi media hora en llegar, porque las aceras brillan por su ausencia. Apenas hay lugares para cruzar la calle. Te encuentras un puente del Excalibur al New York, y a veces tienes incluso que pasar por dentro del hotel.

Por las calles miles de latinos repartiendo panfletos de prostitutas. A mí me los daban incluso yendo con Rebeca. Y aunque al primero le digas que no, los 5 que le siguen te lo ofrecen, hasta que sl último te dan ganas de pegarle.

Restaurantes en Las Vegas a partir de las diez no, pero juego, fiesta, vicio y "putas" los que quieras.

El Hard Rock ha estado bien, han amenizado la cena con videoclips. Entre ellos Amy Winehouse y Michael Jackson, menudo tributo al más grande. Los camareros sirven mientras cantan canciones, y si es el cumpleaños de alguien, lo gritan para que lo sepa todo el mundo. Muy americano pero muy divertido, y un buen servicio.

Nos ha tocado un camarero muy majo. Hemos estado hablando un buen rato con él. Nacido y afincado en Las Vegas, nos ha contado bastante. Hemos hablado de coches, de crisis...

Debido a este rato tan ameno hemos llegado tarde para ver el espectáculo de las fuentes del Bellagio, un espectáculo gratuito de luces, agua y música. Justo hemos visto la última canción. Como no podía ser de otra forma, el himno americano.

Después de camino al hotel pasamos por el Caesars Palace, el hotel donde está actuando Celine Dion, y en el cual actúan también Cher y Elton John. De paso también visitamos el Hotel Flamingo, el primer gran hotel de Las Vegas y creado por mafiosos. Hemos visitado su habitat de flamencos.

Después a dormir, y con ganas ya de salir de esta ciudad espectacular, pero loca en exceso.

Día 7 - Las Vegas

Hoy nos hemos levantado tarde, a las 6:20... El desayuno comenzaba a las siete y hemos querido ser los primeros. Pero como en EEUU todo es exagerado, había más gente que en plaza Catalunya un sábado a las seis de la tarde. He tenido que hacer la mitad del desayuno de pie, y la 2a mitad sentado en una mesa.

El camino a Las Vegas ha sido largo, pero excitante. Las carreteras son infinitas, aquí más que nunca. Ha habido una en concreto que, sin exagerar, no ha tenido ni una mínima curva durante unos 60km.

Los conductores peor que en España, van todos por la izquierda, tengan o no vehículos en la derecha. Incluso en autopistas de 5 carriles. Y no te molestes en hacerles luces, es algo totalmente asumido. Simplemente le adelantas por la derecha y todos contentos.

El trayecto ha sido bajar hacia Los Ángeles (nos hemos desviado a unos 100km), y luego hemos atravesado el desierto de Mojave, con una temperatura de 40 grados pero con una sensación térmica que juraría rondaba los 50 grados. Hemos pasado cerca de Death Valley y allí las temperaturas si marcan 50 grados.

El paisaje es indescriptible, absolutamente de película. Carreteras cuyo final no alcanza la vista, extensiones descomunales, vegetación desértica, calor física que se observa desprendiéndose del asfalto.

La anécdota del día es que casi nos quedamos sin gasolina. Hemos apurado para poder cruzar rl desierto de Mojave y al final hemos encontrado una gasolinera a 10 km de quedarnos tirados. Menudo sufrimiento.

250 km antes de llegar a LV ya ves carteles anunciando todo tipo de cosas, vas palpando el espectáculo que representa esa ciudad.

 Pero es justo al dejar California (está prohibido el juego) y entrar en Nevada (juego legalizado), cuando se abre un mundo nuevo ante ti: un enorme centro comercial con hotel, casino, outlet, montaña rusa, restaurantes... Un anticipo de lo que nos esperaba después. Aquí paramos a comer en un restaurante de escocia creo (McDonald's o algo así), exquisito.

La entrada a Las Vegas ha sido apoteósica, con la mítica canción de Elvis de fondo (gracias Evi). De repente ver elevarse de la nada esos gigantes de lujo, a cada cual más impresionante que el anterior. 

Tras un amago de perdernos llegamos al Venetian, y aun unas horas después seguimos alucinando con el lujo. Estacionamos debajo de la capilla sixtina, un hombre nos lleva el equipaje a la habitación y otro nos aparca el coche.

Todo el interior del hotel es de una belleza y un lujo dificil de describir, suelos de mármol brillante y alfombras de época, al más estilo veneciano. Solamente os diré que en la habitación tenemos dos teles, más otra en el baño. Así que haceos una idea de lo ostentoso del hotel.

Al salir del hotel el calor era asfixiante, costaba incluso respirar. Hemos observado los hoteles más emblemáticos y nos hemos hecho bastantes fotos.

En la calle se oye música y hay miles de colores. Es todo muy artificial pero es curioso, un mundo totalmente diferente a lo que todos conocemos. Incluso la ciudad está diseñada para andar de hotel a hotel, el vianante lo tiene muy difícil si quiere saltarse algún hotel.

En el Venetian hay una réplica del puente de Rialto, de los canales y de la plaza  San Marco. También hay una zona que simula que es de día, y visitar esa zona en plena noche te deja con la boca abierta.

Después hemos visitado el espectáculo de las sirenas del Treasure Island, el cual deja mucho que desear. Es como un bora bora pero en un barco pirata y con estilo. Lo único positivo es que es gratuito.

A las 21:30 hemos vivido el momento del día, y ya difícil de superar en Las Vegas. Hemos visto el espectàculo Le Rêve... Todo lo que yo os pueda decir no le harà justícia. Hemos ido dejándonos llevar por una crítica que hablaba del mejor espectáculo que habían visto nunca, y eso es lo mínimo que os podría decir de él. Es similar a cualquier espectáculo del Circ Du Soleil pero en agua. Absolutamente insuperable.

Después de eso nos comimos un slice de pizza y a dormir, que tras las 8 horas de viaje y una tarde intensa, el cuerpo se resiente.

Hoy más...

Día 6 - Parque Nacional de Yosemite

El día de hoy ha transcurrido en gran parte dentro del coche, pero no por ello ha sido menos excitante. 

Tras amanecer en el lago Tahoe (como siempre a las 6), y abrir la ventana para maravillarnos con las vistas (un globo sobrevolaba el entrañable lago rodeado de montañas), desayunamos y partimos rumbo a Yosemite.

Tras 6 horas de camino llegamos al Confort Inn, y tras dejar las maletas salimos directamente hacía el parque para aprovechar las horas de luz.

En Estados Unidos todo es a lo grande: los coches, las calles, las ciudades, las desigualdades sociales... Y Yosemite no podía ser una excepción. Aunque en este caso dicha característica se eleva a la enésima potencia. 

Decir basto, grande o inmenso no reflejaría lo que este parque supone para sus visitantes. Para haceros una idea, tiene una extensión que vendría a ser la mitad de la província de Barcelona (capital incluida).

Nada más llegar nos hemos dirigido a una zona llamada Margarita. Punto en el que crecen las míticas Sequoias. Te quedas impresionado al ver la embergadura de esos árboles. Hemos hecho un sendero de unos 7km, muy bonito todo el camino aunque la recompensa de la cima no ha ido acorde al esfuerzo realizado. Por el camino la Rebeca ha matado a un bicho con un grito del susto que se ha llevado, parada cardio respiratoria.

Para ir a ver otra zona del parque hemos recorrido casi 50km, sí sí, 50!!!! Y solamente de ida. Idem para Glacier Point. Sin embargo aquí el esfuerzo sí que ha merecido la pena. Las vistas y la inmensidad del lugar son extraordinarias, se te clavan en la mente.

A nivel de flora la riqueza va acorde a su extensión, innumerables tipos de plantas y árboles de mil formas: áltos, bajos, verdes, secos... Los bosques son muy frondosos, y transmiten sensación de vida salvaje.

A nivel de fauna hemos visto miles de bichos kamikaces que se estrellan contra el coche, ardillas, ciervos y s última hora.... Un osoooo!!! Una preciosa cría de oso negro. Henos saltado prácticamente del coche para grabarlo, con miedo por si mama oso andaba por allí.

Para comer Subway y para cenar Taco Bell, yo me quiero de morir.

Eso es todo. Mañana 8 horas de camino hasta Las Vegas... Recordad que lo que pasa en LV, se queda en LV ;-)

Día 5 - Lago Tahoe

El 5o día ha sido el del adiós a SF, y con ello, el adiós al frío, a la multiculturalidad, a las calles interminables... Aunque bien seguro que algunos de estos elementos los volvemos a encontrar a lo largo del camino.

A primera hora fuimos a la oficina da Avis para recoger el coche. Dejamos las maletas en el hotel para no cargar con ellas, y nos subimos al bus con el bono caducado. Nos vamos adaptando a la ciudad.

Al llegar allí nos atiende un americhino (así llamo yo a los chinos de USA que cada día intentan amargarme el viaje). El caso es que nos pide nuestro permiso de conducir. Le enseñamos el permiso internacional que nos hicimos en tráfico, y nos dice que no lo aceptan. Y el nuestro lo tenemos en el hotel. De qué me sirve un permiso de conducir internacional si luego solo me aceptan el español? En fin, decidimos no entrar en discusiones y volvemos al hotel a buscarlo. Tras la dificultad por encontrar bus vamos a pie. Menuda caminata matutina y gratuita.

Al regresar finalmente alquilamos el coche: un Ford Fusion (no tenian ningun Mustang), y emprendemos el camino al Tahoe Lake.

Conducir por esas carreteras es una sensación indescriptible, si a eso le sumas un cd de música con sonidos californianos (gracias Evi por el detalle y por pensar siempre en todo), el trayecto se torna mítico.

Tras 4 horas de camino a través de diferentes paisajes, llegar al lago Tahoe es visualmente impactante. Ni Benidorm, ni Marbella, ni Marina d' Or ni Salou, allí no hay nada semejante a esto.

De repente te encuentras con un oasis de vida en medio de las montañas. Tiendas, cientos de campings, casas al más estilo montaña de lujo, restaurantes, avenidas... Y en el centro, un enorme lago con playas y rodeado por montañas (algunas de ellas aun nevadas). Y como no, un lugar preparado para hacer todo tipo de deportes.

Contemplar este enclave te llena de vida. Hemos paseado, hemos tomado el sol, hemos hecho motos de agua (a velocidad de vértigo), y hasta hemos dado un paseo en bicicleta a lo largo de la costa.

Después de una jornada intensa nos duchamos y vamos a cenar al Tacos Bell, un restaurante de comida rápida mexicana. La camarera se parecía a Cantinflas (aunque este último tenía menos bigote). Pero la comida ha sorprendido gratamente. Aunque la digestión se empieza a complicar entre tanto fritoleo. Mama, ve preparando un cocido para cuando llegue por favor :-)

Mañana a madrugar que nos vamos a Yosemite.

Bona nit!!!

Día 4: Go Car + Sausalito

El ultimo día en SF ha tenido dos partes absolutamente diferentes, una mañana muy divertida y una tarde para olvidar (prácticamente).

Como cada día a las 6:00 despierto, y tras escribir mi blog diario y desayunar otro kit kat (como echo de menos España), nos fuimos nuevamente a fisherman's wharf a vivir una aventura diferente per muy recomendable: visitar SF con un Go Car.

Un Go Car es un pequeño coche amarillo con una audio guia incorporada a modo de GPS a través del cual puedes visitar una ciudad tan grande como SF. La experiencia a priori pintaba, y las expectativas se han cumplido.

Te hacen firmar un contrato, enseñas tu carné de conducir, pagas un seguro de 12$, te dan una charla de seguridad y... A comerte las calles de SF. Las calles de esra ciudad son increibles, eternas y con infinitos desniveles. Andando o con bicicleta son inabordables, y yo creo que con el Go Car mantienes la esencia, y tú decides donde y cuanto rato quieres parar.

Nuestronprimer destino fue durigirnos hacia presidio, y tras atravesar esa mítica y fascinante reserva natural, nos dirigimos hacia el Golden Gate Bridge, absolutamente impertérrito frente a la bahía. Es una obra descomunal. Con el acero utilizado para su creación se podría dar la vuelta a la Tierra 3,5 veces.

Tras sacar nuestras instantáneas y apreciar la belleza del lugar, abandonamos el puente y nos dirigimos hacia el Golden Gate Park, que a pesar de su nombre está muy distanciado del puente. Durante el trayecto atraviesas colinas con increibles vistas, barrios de lujo, famosas playas como baker beach y un sinfin de calles que hacen las delicias de aquel al que le guste explorar una urbe.

Finalmente llegamos al Golden Gate Park, el parque más extenso del mundo. Creado por un arquitecto escocés que fue el mismo que diseño el mítico Central Park de Nueva York. Cuando te adentras en él, te percatas de que debe dejar de ser categorizado parque para pasar a ser bosque. Es bastísimo. Lagos, cientos de jardines, cascadas, una reserva de bisontes, mas de 6000 plantas diferentes, y muchisima gente haciendo deporte y barbacoas. Todo un lujo para los sentidos y 100% recomendable.

Después del parque nos metimos en las céntricas calles de SF en dirección a la mítica Lombard Street. Era divertidísimo vernos con nuestro mini coche en esa jungla de asfalto. Algunos nos pitaban, otros se reían e incluso alguno nos hacía fotos.

Ascender por las empinadas calles no fue fácil, incluso el gps te advertía de que el coche no era capaz de ascender por ahí, que había que empujar. Yo iba de piloto, así que mi copi se tuvo que bajar a empujar. Por lo visto, al bajarse ella y darle al gas el coche subió fácil. Yo iba gritando "empucharé" en plan broma, y a Rebeca le entró un ataque de risa que casi no puede subir la cuesta.

Una vez arriba descendimos por Lombard Street, calle pintoresca donde las haya. Fuimos foco de cámaradas y miradas, por nuestro flamante vehículo. Después de eso fuimos a devolverlo y a comer.

La comida la vamos a obviar, solamente comentaré que ni cenamos de lo pesado de la digestión.

La tarde fue olvidable. Pasamos un frio terrible, lo llevamos pasando varios dias pero ayer fue peor si cabe (si algun día venis a SF recordad que hace mucho frío, yo jamás lo imaginé).

Decidimos visitar Sausalito a través del bus turístico. Fue un poco raro, a Sausalito (el pueblo más caro de USA) hay queir con tiempo. Nosotros apenas tuvimos 30 minutos de visita, porque elbus se iba y sino teníamos que volver en barco. Lo poco que pudimos ver fue precioso, es parecido a Lido o Puerto Banús. Un pueblecito pesquero lleno de artistas, tiendas "cucas", restaurantes, puerto, casas flotantes y muchos ricos.

Entre la ida y la vuelta se nos fue la tarde, una tarde poco productiva la verdad. Casi morimos esperando el bus 30 minutos con el frío que hacía.

Antes de marchar de SF comentar la doble moral americana, uno de los ejemplos más claros está en el propio autobús. Hay una ley federal que reza en todo el transporte público que obliga a ceder el asiento a gente mayor o discapacitada. Y luego los chóferes se permiten el lujode despreciar a la gente.

Un mundo de locos este americano.

Por cierto, que la gente sigue guiándonos sin preguntar, independientemente de su clase social. De hecho muchos de ellos son gente humilde. Me impresiona.

Esto es todo de SF, en breve partimos hacía el lago tahoe, esperemos que no nos abandobe la wifi y poder seguir narrando esta aventura.

Día 3: Union Square - Alcatraz - Golden Gate Park

San Francisco es, cada día lo tengo más claro, una de esas ciudades que te va atrapando poco a poco. Cada minuto que pasas en ella hace que no solamente te acostumbres a sus calles y sus gentes, sino que acabas por formar parte de ello.

Con el jet lag afectándome sin piedad me levanté a las 6am (igual que hoy), y no pude volver a conciliar el sueño. La jornada se presentaba excitante, y con un nombre propio que destacaba sobre todos los demas: Alcatraz.

Salimos bien pronto del hotel y con mucha decisión, ya conocíamos la ruta. Tras realizar los pertinentes transbordos, y siempre con ayuda para encontrar las paradas, llegamos a nuestro destino.

Antes de continuar me gustaria comentar 3 peculiaridades de esta ciudad:

1) Tiene un sistema de transporte público extenso, pero poco claro y descoordinado. Te bajas en una parada y buscas enfrente el sentido contrario, y no está ahí, está un par de manzanas más abajo o por detrás... Hay muchas paradas pintadas en un poste de la luz, y en ocasiones complicadas de encontrar. Las líneas se desvían poco, con lo cual los transbordos están a la orden del día. Y los chóferes son muy desagradables, no dudan en omitir saludos y respuestas a preguntas, muy antipáticos. Y en algunas zonas (pocas), puedes llegar a esperar 30 minutos por un autobús. Después os cuento una anécdota que me ocurrió.

2) Lo segundo que quiero destacar es la gran cantidad de indigentes por m2 que hay en la ciudad, es realmente duro. Y desviándote un par de calles de una zona céntrica (como podría ser Union Square), encuentras verdaderos barrios gueto de indigentes). Es muy triste.

3) En SF todo el mundo está predispuesto a ayudar, es una ciudad generosa con el tutista. No sé si es por la mezcla de culturas, o por el hecho de ser una ciudad liberal y que reconoce los derechos humanos, pero en varias ocasiones gente se ha acercado a nosotros para guiarnos. Y eso para un español es algo inusual, casi roza lo excepcional.

Bueno, prosigo con el día. Tras dirigirnos a fisherman's wharf a comprar las entradas para alcatraz, teníamos varias horas antes de partir y decidimos acercarnos a Union Square. Esta plaza es el centro neurálgico de SF, el punto de encuentro y de zona comercial más chic. Lo que equivaldría a estar en la plaza cataluña de Barcelona. Por el camino pasamos por el barrio chino, con sus miles de fruterías. De aspecto sucio y superpoblado, pero sin duda, pintoresco.

El jolgorio es impresionante, decenas de transportes turísticos, miles de personas, edificios enormes... Y 4 corazones de colores diferentes, uno por esquina, para inmortalizar el momento.

Salimos de Union Square en direccion Market Street, vemos dos chicos negris danzando como nadie de raza blancs sería capaz de hacer. Nos encontramos con un atropello con su correspondiente camión de bomberos que parece de juguete... Un hombre en silla de ruedas que es lo más parecido a un espectro que jamás he visto... A la hora de regresar tuve un pequeño altercado con un grupo de "mini chinas asesinas". Se querian colar en el bus y les cerramos. Pues se empezaron a colar empujándome, literalmente. Hasta que cuando pasó la cuarta mini china asesina puse el brazo para bloquearle el paso y me lo apartó de mala manera. Le dije que estaba loca peto se hizo eso, la loca. Por cierto que le sale muy bien. Mi único contacto aquí con la sociedad china ha sido desagradable. Los he visto empujar, gritar, no devolver un saludo, escupir... En fin, que no me váis a ver por China ;-)

Llegados nuevamente a Fisherman's Wharf fuimos a comer a otro restaurante pseudo italiano, el Ciopinno. Comida decente, aunque tan lejos de Italia como la propia distancia geográfica... El camarero un culé latinoamericano muy simpático (aprovecho para decir que hemos visto muchas camisetas del barça y ninguna del madrid, y esos que este último anda de gira por California). La coca cola te la rellenan las veces que quieras. Lo más impresionante es que en la cuenta te calculan el 15 o 20% de lo consumido para que sepas cuanto tienes que dejar, eso sí, si estás de acuerdo (ironía). Es decir, si te gastas 100 dólares en la comida, tienes que dejar sí o sí 20 más de propina, un verdadero disparate.

Tras el tiempo perdido en la apple store, lugar en el que aprovechamos para acercarnos a los nuestros, tuvimos que correr para llegar a tiempo al muelle 33: Alcatraz nos esperaba.

Añado ya que es una de las mejores cosas que podéis hacer en SF, absolutamente imprescindible. Cualquier persona con algo de sensibilidad vuelve de Alcatraz sorprendido y con el corazón en un puño. Ya en el ferry, observando la bahíay a lo lejos la solitaria roca, te permite hacerte una odeade lo que se podía llegar a sentir allí. Pero a medida que se acerca el barco y que te alejas de la bahía, el sentimiento va "in crescendo". Desembarcar allí y ver la frialdad de los muros, te hace creer que se puede sentir al saber que no volverás a gozar de la libertad. En Alcatraz eres preso en medio de la naturaleza.

Las gaviotas sobrevuelan y anidan en la isla ajenas al dolor y sufrimiento que allí tuvo lugar. Y por si todo esto no fuese suficiente, te regalan una audioguía en la que los guardias y presos te explican en 1a persona lo que allí se vivió. Te hacen sentir el horror, e incluso en algunos momentos tú eres un preso más.

Celdas frías y pequeñas, zonas de aislamiento destinados a mitos como Al Scarface Capone, un patio de recreo roído por los añosy una enorme sensación de desamparo frente a las vistas de la bahía, una de las vistas panorámicas más bellas que he observado jamás.

Cada rincón te impresiona más, y no encontraré las palabras suficientes para definir esta visita. Antes de regresar tuvimos una larga e interesante charla con un ranger que guardaba la zona, idéntico a Morgan Freeman. Hablamos de Usa, de historia, de la influencia hispana en los Estados Unidos, de comida china e india e incluso de fútbol. Volver de Alcatraz fue una experiencia gratificante, algo con lo que muchos soñaron tiempo atrás.

Con algo de tiempo antes de volver al hotel decidimos visitar el golden gate park, es el parque más grande del mundo y me atrevo a decir que el más bello. Enormes jardines, bosque, flores de mil colores y gente practicando todo tipo de deportes. Debido a lo que tardamos en llegar (gracias a la maravillosa red de autobuses), y a que eran las últimas horas del día y el frío apremiaba (en SF hace frío todo el año), decidimos volver y aplazar la visita para el día siguiente.

Antes de llegar al hotel encontramos un calle llena de restaurantes italianos, justo al lado del burguer king rodeado de japoneses. Es lo que tiene ser guiri. La pizza no nataba, pero hacen unos bocatas de ternera con queso que tienen una pinta tremenda. !Esta noche os lo cuento!

Día 2: Fisherman's wharf + presidio


A las nueve de la noche nos habíamos ido a dormir, y el temido jet lag pronto hizo acto de presencia: a las 4 de la mañana estaba yo dando vueltas por el hotel. Tras coger las maletas en recepción, hablar con la família y estudiarne todos los panfletos de actividades, decidimos ducharnos y bajar a desayunar. Como excepción desayunamos en el hotel, el desayuno estaba bien, aunque algo caro. Como curiosidad destacar que me tiraron un plato lleno de comida porque era lo último que quedaba, y me pidieron que me lo volviese a servir ahora que estaba todo recién hecho. Algo que en España jamás sucedería.

Tras preguntar en recepción cómo llegar, nos dirijimos a fisherman's wharf, el punto más atractivo de San Francisco junto al golden gate, y donde encontramos el mítico pier 39, lugar en el que se funden arte y diferentes culturas.

Contratamos varias excursiones y dimos una vuelta por la zona. Miles de restaurantes, músicos y un encanto peculiar definian el ambiente. Mención especial al mercado de fruta, donde ésta parecía dibujada y con un color intenso. Te vendían también chocolate para dippear.

Unos metros más adelante la imagen no tenía precio, la bahía de San Francisco dominada al fondo por la presencia de la impertérrita Alcatraz, lugar al que iremos mañana a pesar de nuestra mala previsión, hay que comprar las entradas con mucha antelación.

Los leones marinos en el muelle es algo curiosísimo, por lo visto se despistaron durante el tremendo terremoto del 89, y se quedaron ahí hasta el día de hoy. Resulta ser una fotografía tradicional y espectacular de San Francisco.

Dando un padeo por los diferentes muelles ves todo tipo de artistas: figurantes, músicos, pintores, clowns... E incluso un hombre que se escondía tras 2 ramas de follaje y asustaba a los que pasaban, esperando que lis que se divertían le obsequiasen con unas monedas.

Encontramos varias tiendas de caramelos blandos de infinitos sabores, de gorras, las típicas de estampación de camisetas.... Las tiendas de joyas te ofrecen ostras como gancho... Pero la palma se la lleva Boudin, una boutique del pan. Una entrañable tienda donde ves como crean el pan, dándole forma de lagarto, tiburón... Allí mismo lo compras o te lo sirven vaciado y relleno de queso, salsa boloñesa... Es una panaderia inusual hecha imperio.

Antes de comer hicimos uno de los típicos recorridos turísticos con bus sin techo. El guía era un showman, y llegamos a pillarle alguna ironía, lo cual era todo un mérito. Aunque es difícil entender 100% lo que dicen, hasta la fecha estamos más que satisfechos en ese sentido. Dimos un tour por financial district, little italy y union square. Vimos de lejos la mítica "lombard street", con sus curvas y pendientes, posteriormente haremos una visita mejor, lo mismo con chinatown y little italy. Tras este tour nos bajamos muevamente en el Pier 39 para comer. Fuimos a Luigi's, un restaurante americzno de comida rápida italiana. El servicio rápido y atento, el agua la regalaban pero si tienes áltas expectatuvas culinarias, es poco recomendable. Va bien para salir del paso.

Después descubrimos en una sala de recreativos los "tokens". Una moneda creada exclusivamente para salones recreativos, definitivamente "esto es américa".

Después de comer fuimis a dar un paseo a Presidio, una especie de parque protegido con playa a pies del golden gate. Este sitio es hasta el momento lo más impresionante de San Francisco. Aquí descubrimos dos cosas que abundan en la ciudad: deporte y perros. El guía ya nos advirtió que en SF había más perros que niños, y ahí lo confirmamos. Para un amante del deporte y los animales como yo, aquello era un paraíso. Fente andando, corriendo, en bici, en cayac... Perros jugando y corriendo... Delante la playa, a la izquierda el impresionante "golden gate" (el cual cruzaremos el jueves con el go car), a la derecha alcatraz, y detrás árboles y descampados. La caminata es larga, pero merece la pena. Casi al final hay un museo de la aviación y unas naves industriales muy curiosas. En ellas se llevan a cabo actividades deportivas: camas elásticas, gimnasios, escalada...

Volver al hotel fue una odisea. No conseguimos encontrar el final del camino y tuvimos que desandar lo andado. Lo peor de SF es su sistema de transportes, hay pero es poco claro. Hay tramvía (cable car), buses, buses eléctricos... Y no se sabe de dónde vienen ni a dónde van... Y en una ciudad tan enorme y "destartalada" como SF eso es un problena. Aquí todo está concentrado por zonas, y depende donde pares, no encuentras ni un super ni un triste bar. Tras bajarnos dos veces del bus para comprar la cena y el desayuno (a la que veíamos un bar casi nos tirábamos en marcha), llegamos al hotel.

Mencionar el intento de agresión que tuvimos por parte de un indigente, desagradable pero que no llegó a nada, porque el pobre hombre bastante tenía con mantenerse en pie.

Os recomiendo si váis comprar el mini passport, da acceso a casi todo el transporte público. Nosotros lo cogimos para 3 dias. Y agarraos los machos en el bus, los chófer tienen muy mala leche. Hay que enseñar rápidamente el ticket y entrar, no esperéis un saludo, os meteràn generalmente a presión de la cantidad de gente que hay, y alguno dejará el brazo colgado en la barra con la conducción brusca, pero es lo que hay.

Hoy toca alcatraz, y quizás barrio chino o unión square. A la aventura...

Día 1: Barcelona - San Francisco

Encarar un viaje como este tras la construcción de un piso y la preparación de una boda, no es tarea sencilla. Sin embargo, le dediqué el tiempo mínimo que se merecía, aunque sin duda hubiese necesitado mucho más.

Tras haber construído un itinerario substrayendo lo más esencial de la costa oeste a través de foros e internet, y creando una guía básica pero suficiente, estábamos listos para la aventura.

Tras preparar dos grandes maletas con lo mínimo posible, advertidos de antemano de la gran oportunidad que suponen aquí los outlets, salimos de casa a las 6:45 cin todas las ganas del mundo.

Tras dejarnos mi hermana en el aeropuerto comenzó la odisea. Salimos de barcelona y aterrizamos en atlanta 7500 km y 9 horas más tarde, sin embargo debíamos descontar 6 horas al reloj, es decir, mientras para nuestro cuerpo eran las siete de la tarde, nuestro reloj marcaba la una del mediodía. Primer consejo, al bajar de un avión en usa armaos de paciencia y dejad margen entre vuelo y vuelo, y no vayáis a mear! Hay que pasar el control de inmigración y aquí es donde usa se convierte en un país tercermundista. 10 agentes que te interrogan para 500 pasajeros... Y nuestro avion hacia San Francisco salía en Una hora aproximadamente, teníamos que pasar el control, recoger maletas, pasar un control de equipajes y embarcar. La empresa era complicada, pero tras infinutos nervios conseguimos llegar.

Corrimos por todo el aeropuerto, dicho sea de paso es bastísimo. Conseguimos entrar como en las películas, en el último suspiro. Por el camino quedó un compatriota que tuvo dificultades añadidas, y nuestras maletas, que se las dejamos a una trabajadora del aeropuerto, que sepultada entre maletas transmitía poca confianza. Y por fin, nuevamente a volar.

3500 km y 4,5 horas después llegábamos por fin a la mítica y liberal San Francisco. Dos horas menos para el reloj, así que mientras para este eran las seis de la tarde, mi cuerpo me decía que eran las tres de la madrugada. Al bajar 1a sorpresa, nuestras maletas no estában. Tras preguntar en Delta (por cierto, aviones lujosos y trato excelente a bordo), nos confirmaban que nuestras maletas venían en otro vuelo. Así que sin obcecarnos y tras recibir un obsequio, nos fuimos ligeros de equipaje a buscar nuestro hotel.

Sólo hay dos formas de llegar al hotel: en taxi o en lanzadera, y lo de lanzadera es literal, porque apenas rozan el asfalto. Hay muchas compañías que se dedican a esto, y por 17 dólares te llevan en furgonetas de 9 plazas hasta la puerta de tu hotel. Está muy bien este servicio.

Observar y circular por esas infinitas y empinadas calles que tantas veces hemos visto en películas, no tiene precio. Tras dejar a todos los demás turistas, llegamos al hotel Kabuki, en medio de Japantown. Un hotel de estilo japonés, dirigido por japoneses y en un barrio japonés, hasta ahí todo genial. Y la habitación magnífica. Sin embargo salir a cenar fue más complicado. Si no te gusta la comida japonesa estás perdido. Tras ver que todo era comida de ese tipo, y congelados por el frío que hacía (y nosotros en manga corta), decidimos comprar algo en un super y cenar en la habitación, y cual fue nuestra sorpresa al descubrir que también el super era de comida japonesaaa.

Al sali del super y ya frustrados y asumiendo que esa noche no cenábamos, agudicé mi vista de águila y divisé a mucha distancia un burguer king. Yo, que tengo acciones del macdonald's iba a ir por primera vez en mi vida a un burguer king, y encima me sentía como si fuese a cenar al bulli...

La hamburguesa buen, aunque donde se ponga un big mac que se quite un whooper. La bebida te la sirves tú.

Y poco más que añadir, pronto nos fuimos a dormir porque el día siguiente se presentaba duro.

Encestando...

Ahí va una broma que le hicieron a un pobre chaval en los USA. El chico tiene que meter una canasta desde el centro de la pista con los ojos cerrados, si lo logra ganará medio millón de dólares.

Pero antes de que salte a la pista, irrumpe en escena un presentador de un programa de humor. El presentador se alia con el público, y les induce a que "vaya donde vaya la pelota" el público grite como si la hubiese encestado.

Lo mejor, la cara del chaval al ver al presentador.

No tiene desperdicio...